Pequeños desastres y otras alegrías es una hilarante colección de viñetas, dibujadas por la misma autora, que reflejan con humor las situaciones, a veces absurdas, en las que se ven las mujeres hoy en día.
Los fans de Maitena y Moderna de pueblo disfrutarán con esta colección de viñetas
Tiene el descaro de las bromas entre amigas y la mordacidad de Sexo en Nueva York
Pequeños desastres plasma las dudas existenciales de las mujeres modernas. Un libro que responde a la clásica pregunta: ¿en qué piensan las mujeres?
Las viñetas están inspiradas en experiencias de la autora y de sus amigas. De hecho el libro fue escrito y dibujado como pasatiempo, pero cuando se lo mostró a sus amistades y logró que a alguien se le saltaran las lágrimas de la risa, descubrió que tenía potencial… Muchas de las viñetas se le ocurrían conduciendo (empezó a dibujar cuando aparecía como figurante en la serie cómica Dinamita del Tricicle. Como tenía que esperar muchas horas para actuar, aprovechaba para dibujar, y desde entonces no ha abandonado esta afición).
Dolo cree que los hombres y las mujeres tienen distinta sensibilidad y que las hormonas juegan su papel. Para ellos todo es más elemental, más básico, y a menudo cuesta que te comprendan. Esa idea queda reflejada en Pequeños desastres con un tono muy humorístico.
Dolo Beltrán nació hace 39 años en Barcelona y desde que tiene uso de razón siempre ha querido vivir cerca de algún escenario. Hija de un extremeño y una catalana que la criaron con mucho amor en un barrio de la periferia barcelonesa y bajo las leyes del desparpajo (mira para arriba, nunca para abajo), empezó sirviendo copas… empezó sirviendo copas y cantando en orquestas para costearse sus estudios de teatro.
Poco a poco y con ahínco se fue abriendo camino en la escena teatral: Trabajó los clásicos con Mario Gas y Alex Rigola, y colaboró en la creación de espectáculos con Roger Bernat y Cárol López.
En el año 2000 conoce a CaÁ¯m y a Pauet Riba y entra a formar parte del grupo de pop electrónico Pastora. Tienen en su haber muchos kilómetros y cinco discos, dos de ellos de oro y dos nominaciones a los Grammy. Saltó a la fama con el estribillo «No me llames Dolores, llámame Lola».
Nunca estuvo casada, aunque una vez le entraron ganas. No tiene hijos. Ni va a la iglesia, prefiere hacer footing.
Mujer polifacética, siempre ha intentado compaginar la música con la interpretación, dos de sus grandes pasiones, y eso la ha llevado a tontear con la televisión y el cine, y a escribir canciones para otros artistas.
En la actualidad vive en un bosque con un perro rubio y un hombre moreno, y presenta su primer libro de pensamientos ilustrados: Pequeños desastres y otras alegrías.