Personas. Póstuma obra, actualidad viva y por tanto presente la de Carlos Fuentes que Alfaguara nos ofrece a pocas fechas, semanas, de su súbito fallecimiento. Una escritura que reúne ricas y sólidas semblanzas adornadas con emotivo abaniqueo de personalidades mostrando admiración, reconocimiento y cariño en estas personalidades del mando de la creación literaria, el cine, la pintura, la política y el pensamiento, con las que mantuvo firme amistad, encuentros inolvidables que expresan sus muchos valores, convertidos en fortuna fruto de esa incansable entrega que caracterizó el modelo a seguir su vida creativa, íntima y de compromiso social e ideas siempre, con la consonancia y el ritmo del factor humano. Caudal vivo, memoria extraída del tiempo transcurrido.
Abre esta póstuma obra Jean Daniel francés sin límites, gran periodista por encima de limitaciones y fronteras aldeanas y localistas. Libre de pactos acordados por esta o aquellas razones, así como gran conocedor del mundo y la alta política, siempre analizada con el compromiso y el deber de un excelente profesional. Pues como bien señala Fuentes: “La historia, nos dice Milán Kundera, no es maestra de la verdad, por el simple hecho de que se está haciendo y no ha dicho su última palabra».
Añoranza y agradecimiento a la presencia intelectual y humana de Alfonso Reyes en la historia cultural del siglo XX en la legua de Cervantes. Fuentes recuerda con emoción y agradecimiento a quien fue gran amigo de su padre y maestro suyo, que “nos enseño a entender hoy, en una prosa de hoy, lo que heredamos del pasado. Su enseñanza la hice mía al leerla. No hay pasado vivo sin una creación. Y no hay creación sin un pasado que la informe y ocasione”. Recuerda a Alfonso Reyes como gran protagonista y bienhechor con la creación de La Casa de España y El colegio de México, así como la entrega e inolvidable labor a favor de la acogida y reconocimiento a los intelectuales y creadores españoles que se exiliaron tras la caída de la República española. Muestra de su compromiso, porque “La única manera de ser nacional consiste en ser generosamente universal, pues nunca la parte se entendió sin el todo”.
La honda amistad que le unió con ese mago del cine que fue Luis Buñuel es todo un reconocimiento y emocional recuerdo, así lo manifiesta con humor al inicio del largo y ameno capítulo que le dedica a quien cada vez que lo visitaba en su casa de la calle de Félix Cuevas, en Ciudad de México lo recibía con un “Buñueloni” consistente en Ginebra, un cuarto de cárpano y un cuarto de martini dulce. La asistencia junto a las salas de cine y los extensos comentarios sobre el Séptimo arte y las muchas observaciones sobre amigos y menos amigos que le comentaba el mago español con su espíritu anarquista, humano observador, siendo un de ellos la amistad y colaboración con Dalí, especialmente en aquella obra genial de Un perro andaluz, entre otras creaciones, y el rompimiento de la amistad, tras la extraña unión del pintor con su compañera y guía Gala, lo que mostró la abismal diferencia entre el pintor en lo humano, lo creativo y la traición a si mismo.
Recuerda con reverencia y agradecimiento a sus maestros José Campillo, Mario de la Cueva y del andaluz exiliado Manuel Pedroso que fue lector en la Universidad de Sevilla, elogiando su “soberana inteligencia”. Toda un relato corto el espacio dedicado a Francois Miterrand, cuando junto a un elegido grupo de escritores y artistas de alta calidad Arthur Miller, Julio Cortázar, Gabriel García Márquez, Juan Boch Miguel Otero Silva, fueron invitados a la toma de posesión como jede de Gobierno de la República francesa. Muestra de la carga intelectual del nuevo presidente socialista, cuya toma de poder, para encontrar un acontecimiento parecido, se tendría que volver la mirada atrás hasta rescatar el entierro de Victor Hugo. Porque “Observar al presidente Miterrand es darse cuenta de que solo un político profesional pudo obtener un milagro. Pero con el político pragmático, coexiste en Miterrand el hombre sensitivo y paradójico que prolija el cambio gracias a una conciencia de la tradición, que se alimenta con la lectura de Montaigne y que posee una especial afinidad con el mundo de los escritores”.
Así, este desfile por una galería sublime, se van sucediendo hasta sumar el número de trece personajes abanico aireador de nombres propios con resonancia en el mundo de la cultura y la política. Sus amigos Pablo Neruda, el gran creador, maestro de la lírica y cantor de un continente con ecos de España libre. Una imagen que confirma como: “Sin la aventura poética de Neruda, no habría literatura moderna en América Latina. O por lo menos, no la que conocemos, admiramos y sustentamos” Sobre Julio Cortazar nos cuenta como “lo conocí antes de conocerlo. En 1955 editaba yo una Revista Mexicana de literatura” y pudo obtener su colaboración con los relatos Los buenos servicios y El perseguidor editados por primera vez. Reconociendo Fuentes lo que Cortázar significo en su “carrera literaria, le debe ese impulso inicial, en el que la inteligencia y la exigencia, el rigor y la simpatía, se volvían inseparables y configuraban, ya, al ser humano que me escribía de usted y con el que yo ansiaba romper el turrón”.
Largo y tendido nos habla de cuatro “Gringos” Arthur Miller autor de La muerte de un viajante. “El que se enfrentó al senador MacCarthy, que con el pretexto de combatir al comunismo replicó las prácticas del estalinismo”. Willian Styron que “Más que universal – y lo era- Willian Styron fue un norteamericano nuestro”. Arthur Schalesinger, al que conoció “en la conferencia de Punta del Este, en 11962. La prioridad del gobierno de Kénnedy era expulsar de la organización de Estado Americanos a Cuba! Tiempos de ilusiones y solidaridad, hoy puro fracaso y desencanto. Y John Kenneth Galbraith a quien conoció en los funerales del presidente John F. Kennedy. Un hombre clave en la política y economía de aquellos años que advirtió con energía “que si los “ilegales en Estado Unidos fuesen expulsados el efecto económico sería desastroso” .
Ya acercándonos al final «mujeres desconocidas», entre comillas, ya que aportaron valiosas obras: la filósofa alemana y religiosa Edith Stein en Sor Benedictina de la Cruz que nunca renunció, sin embargo, a sus raíces hebreas” discípula de Hursserl, convertido. La rusa Anna Ajmátova (1889-19666) que fue, “con la sola posible excepción de Osip Mandelstam, el / la poeta rusa más grande del siglo XX. Los hombres la amaron pero no la comprendieron” La filósofa judía-francesa Simone Weil; con su pasión por propagar una re-lectura “convertir el pensamiento en acción, ponerlo a prueba en la calle”, luchas contra el fascismo en España y rechazar el “patriotismo de la Iglesia” Y «dos mujeres por conocer«: Susan Sontag y María Zambrano. Carlos Fuentes conoció a Susan “una asoleada tarde de julio de1963”Se le semejó a “una heroína bíblica. Muy alta. Muy morena. Larga cabellera negra sonrisa como un regalo – que aúna concesión- de su fundamental seriedad. Y termina esta bellísima narración sobre mujeres con María Zambrano quien “no solo enfoca la visión de nuestra comunidad lingÁ¼ística y de su capacidad para imaginar y para pensar en Español. Además, hace de esta virtud re-ligadora (religiosa en este sentido) una actividad política (en el sentido, también, de reunir, religar, revelar, la relación entre las cosas, las asociaciones posibles y los parámetros olvidados).
Cierra esta póstuma obra con la gran e inolvidable figura del general Lázaro Cárdenas del Río, a quien conoció en 1961 al acompañarlo durante una gira por varios estados del país. Y que le pareció haberlo conocido desde siempre cautivado por su ideario político; fiel a sus obligaciones, que nunca olvidó su origen; Un político que puso los principios por delante de los intereses y que dejó para las siguientes generaciones que «miles de mexicanos padecen aún las necesidades más elementales y que superar esa situación debe estimular y justificar a los gobiernos mexicanos. Una obra póstuma para la posteridad cuando todavía su súbita muerte nos sorprende, pues fue la pérdida de un autor al que se le puede denominar completos, equilibrado y fiel a sus compromisos de justicia, libertad y tolerancia sin caer en izquierdismo temporales.