COMO TE DIGO QUE TE QUIERO
a mi hijita Gabi
Llegaron a verte, Gabi.
Hoy entraron por la puerta ancha.
Calcularon que no estoy,
dieron su golpe, alevosos.
El espía celoso que te quiere
ya está ausente.
Se aprovecharon.
Te imaginaste más sola
que cuando yo te bañaba,
o te cambié los calzones, o te llevé
a la escuela y te celé los pasos.
Te imaginaste molida en todo olvido,
extraviada en cada memoria herida
y destartalada; te engañaste
por el derrumbe de tu casa.
Te olvidaste que te dí la cueva
de mi gozo como tu madre diera
su vientre, pujándote a la vida,
con suspiro y llanto,
abriéndose el abrigo del espacio
y cerrando el ciclo de su útero
para ambos decirte:
«¡Seas! ¡bienvenida al mundo!»
II.
Estuve allí, barrigón y con antojos
por la espera y alegría,
ahíto de cantos, metáforas,
espeso y ancho por herencias posibles
de los himnos, orondo por causa de tu vida.
Yo no sé con qué moral fundaste el ego,
te aupaste contra mi olvido, pero yo dije:
Hija por siempre y tú, fantasma sociológico,
te fugaste con el primer capricho,
¿qué importa si no estoy? quisíste
el abandono, borraste mi presencia.
No consultas, no preguntas,
y por eso llegaron uno y otro.
Llegaron a verte y la puerta ancha
es mi homicidio, me han burlado.
Tú eres la que blandes el cuchillo,
¡tú la homicida! te escondíste
del primero que te quiso
y el último que se atrevería
a olvidarte… habría sido menos duro
si dijeras, aún cuentas,
te llevo conmigo.
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LA BASURA
Esta basura que recorre la calle
con más prisa que yo
es una angustia que apenas descubre
su desquite, una voz que busca
un tarro en el cual enterrar
su ser sangrante y finito
y cerrar sus silencios y ganar el olvido,
cadáver insepulto que aún conserva
sus hábitos mezquinos de amargura,
su instinto de invalidez y acoso,
su agresión inacertada
contra no sabe quién.
La basura es un cadáver que sigue
estúpidamente su camino.
A veces cuando llega y se encara
con la plaza, escupe y tira el odio,
su afana en ser el despojo del tedio
y se torna como defensa navajera,
chicle y flema, excedente y capricho…
II.
Cuando más sedienta
está la peatonada
(no sé bien de qué horizontes)
tira la Cocacola, el utensilio, el vaso
(su refresco, la fiesta del gaznate),
todo, en esencia, es agresión
a la nostalgia
sin dulzura,
todo se esputa y se derrama.
Ahí va, echada al rodil de los pasos
y al rabillo de los ojos, el ritual
de las necesidades y el consumo,
su torpe monumento de basura.
III.
Y es como el odio que tira su envoltura
y se echa a un lado y el cadáver avanza
y sigue por orillas con su fea presencia…
Un malogrado fruto del añoro
es desperdicio, sed que nunca se sacia.
En las calles, el agua pura y cristalina
se mató en un zanjón lleno de cieno.
Ahí va sobre la calle, me dijeron,
mi cigarro, Alas de una humareda
apresurada, el fastidio, el estrés
cotidiano de los días, ahí va todo
con el moco y la tos de los enfermos.
Todo se tira con la bolsa del mercado,
todo lo que no se quiere
y se está obligado a consumir
con el tácito desprecio del salario.
1-5-1995 | De «Tijuana, dolor de parto»
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A LUIS CANTANTORA Y LOS SEPULTUREROS
Visualidad es, desnudez pura,
voz de inocencia,
Lux Aeterna,
Jueza de la Cesta hermosa.
«¿Qué vale el truqueo de los panteones?»,
Don Luis, sepulturero, lo pregunta.
«¿Qué… la girla que reparte sus cricales?»,
acota don Emilio, su ayudante.
«Nada», responde Atán el negro,
vigía del Cementerio Viejo de Pepino.
La reina de la Luz, habitante del Túnel,
no talonea en burdeles,
no es Mapi por el placer cautiva.
No es el azar de Maximina, bolitera
con quien puede apostarse
unos pesos y centavos.
«Es la Misa Suprema y día de lágrimas,
lacrimosa dies, versa est in luctum»,
susurra Juanito Sacramento por causa
de escuchar las misas de difuntos
del Curato y la Iglesia.
La propia nada como tal existe aquí.
Vino Ella. Lo ente en su totalidad
quedó caduco. El puro ser
y la nada son lo mismo.
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LAS FALSAS BENDICIONES
«Los ‘otros’, sí, son ‘malos’, pero se les puede ‘mejorar’,
obligándoles a transformarse hasta devenir idénticos
al modelo que se les impone; el etnocidio se impone
por el bien del salvaje»: J. Javier Esparza
No tengan miedo
que no hay más lémures
ni larvas de venganza
ni penas infernales
que sus propios suspiros y congojas,
que la aflicción que mide su memoria
antes de la Februlia que punifica a todos.
No se aferren a lágrimas ni a lamento
porque el hombre tiene
sus puentes de conexión
que son divinos,
que mejoran,
que redimen,
que elevan,
que enaltecen, hermanos míos.
Anima en pena, acaso tu corazón,
eres el lémur.
Aún tiene miedo.
Tú eres larva irredenta,
tú, estáa ajeno
a los favores de la gracia.
Eres el ausente de la unidad
en la Humanidad Universal, abstracta,
pero fuíste por malandros lémures
yankees y criollos explotadores
convocado a falsas bendiciones,
cuya dignidad es el poder
y te redime
y te da la autoridad,
el éxito, el beneficio,
el lucro de las usurpaciones.
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LA FEBRUALIA VIENE
Pero Dies Pater, februs,
en el mundo exterior, te apiada, analfaburro,
él te dará prosperidad y ventaja.
Te hará virtud ante las causas tristes.
Te mostrará al causante de tus lágrimas.
Te enseñará a llorar cuando no sabes.
Te enseñará a reir cuando entristeces.
Somos los maestros verdaderos del disgusto.
Tú, pobre indio, ¿qué sabes de la memoria
y el pasado que no habitas?
Tú tienes únicamente
recuerdos, lémures que te invaden
y te asustan, tú no sabes sobre la dignidad de Dios.
Si es así, mejoría que digas
y que no sepas que Dios no existe.
En tí, tú eres la rémora, el dolor y la tranquilla
a tus propios progresos, tú, analfabestia,
no sabes de la Luz platónica.
Te gustan las cavernas
como en Libia y en Locris.
Dáme tu mano, hermano mío,
que la Februalia viene, dáme tu desconfianza
y transformaré, con caridad, tus escrúpulos.
Dáme tus lémures, tu identidad precaria,
y te voy a convertir en modelo planetario,
occidental, de la Dicha,
la Sota con Espadas.
10-9-2002 / De «El hombre extendido»
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EL PATRIARCADO
Hoy lo femenino muere con su divinidad extraña
y los varones mandan, esquilman el comando.
El matriarcado se convirtió en la Luna,
la locura, el caos, lo introspectivo.
El tiempo nació hoy.
Nació el tiempo
con número nupcial de desamparo.
El hueso frío es el agua de la Oceánide.
Niké llena de horas y sepulcros
es la victoria, conato de la muerte.
Cratos nació para matarla,
tarde o temprano será,
él no se esconde en piedades,
él es, por cotidiano, vil proceso,
un trámite, una letre de caché,
sello del rey, voz de instituciones.
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LA MUERTE BENDICE A LOS NIEVES
a Benito Nieves, uno de los Cosabella,
vecinos del Pueblo del pepino
Sólo la Tierra, mi jardín materno
entre los hombres, no las masas dionisíacas
con distrofia genital de abusadores,
examina el dulce encanto del carbono,
mi sólida mirada de diamante;
sólo quienes regresan con humildad
tienen jardines, cuidan las cosas bellas
de la Tierra mía, mi corazón materno.
Juanito, házme fiesta hoy.
Bendeciré a Los Nieves, va a morir
al fin la madre, tu más querido
y ponderado centro, el punto luminoso
de tus propios jardines,
¿quien mejor que nadie a tí
sabría llorarte, bendecirte, quererte?
II.
Yo la ví calamitosa, paradiabética,
sensitiva, triste, melindrosa.
Examinó los rosales de Esteves,
el licenciado, y se detuvo en Rabo ‘el Buey,
me piropeó los ojos, vio diamantes
y susurró mi nombre,
me dijo «Cosa Bella»
cámo profirió ante los hijos
(ANUNCIó A LOS VECINOS
EN MAYUSCULAS)
que de su vientre nacieron,
cómo lo dirá al jardín de tus cultivos.
Obedece, Benito el Culón,
prepárame almojábanas de olor
gustoso, házme pasteles de yuca
o calabazas, si es posible,
traéme dulces, atole, abundante café,
jugo de tamarindo. Haré un banquete.
En tu casa, el velorio.
Quiero una cosa bella de tu tierra.
A tu viejita madre, que estuvo sola
enseñadote nostalgia cuando te fuíste
a Brooklyn; hoy seré yo quien te recuerde
que de la casa a la factoría,
no todo se aprende, no todo
se factura en Brooklyn, Benito.
Ni de la soga a la casa
ni de la casa a la soga
se amarran los amores.
A ella tengo que llevármela ya.
Que no se llene de achaques.
Que no se amargue su sangre.
Voy a enseñarle las cosas bellas
de mi mundo. Te lo prometo,
Benito Cosabella.
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EL BOCHINCHE QUE NOS ENMUDECE
«… Y, de hecho, la propia nada, como tal,
estaba aquí… ésa es la manera como nos acosa.
En su presencia enmudece toda pretensión
de decir que algo es»: Martin Heidegger
La muerte es el bochinche más hermoso.
Casi es silencio. Juanito Sacramento
lo presiente. A La muerte propia, irreductible,
no se burla. Ninguno podrá desfigurarla
o jugar con su gozo, sujetarlo al tripeo.
Una posibilidad permanente estuvo aquí
y hoy, en el intransferible acá, dio el tumbe
y del mundo de objetos, lo tuyo,
nada quiere. Nada le basta.
Todo es tusa, bazofia, lodo.
Vales para el suspenso,
La Nada impera.
Un ser para sí es quien invita
a la existencia auténtica al varón de Jauja.
A hembras, entre ropas tendidas, un ser les habla.
Un ser cuya presencia se da en lo desoculto.
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AL TERCER DIA DEL AREITO
Al tercer día del areito,
un sabio hablaba sobre ditas y jitacas,
vasijas de la dicha, calabacín de Yaya.
Se refería al caduceo y la abundancia.
A la Naturaleza con urgencia y apetito,
al relámpago vivo del deseo,
a las rajas, a las ojas,
a la kama.
Dio su nombre de mujer para el fenómeno.
Uno sagrado al mencionarla.
Nombre que a ella pertenece,
sólo a ella… Cemí del Agua.
Un guanín de luna y sol
consigo tiene la reina de lo manifestado.
El medallón se esparce entre sus senos.
Y es algo súbito, luminoso, tierno
como su nuevo corazón, visible,
terso y redento para su carne oscura.
¡Oh, reina-diosa primorosa!
él la evocaba: Desde siempre
te llamé Deseada.
Es como una espada
la coa que al puño aprieta
para señalar alguna estrella del espacio,
algún norte del azul firmamento.
… Háblanos más de la Mujer Tan Noble
pidieron los hijos del cacique Agueybaná
y el bohique en el batey accedería.
Cocinó las palabras de sus mitos
y las sirvió en ditas y jitacas.
Alimento y consuelo, dicha
de futuros varones de Borikén.
2-11-1979
[Del libro «Lope de Aguirre y los paraíoso soñados»]http://hostosianas.blogspot.
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