Cultura

Por amor al Arte

Tarde de Estreno       

Infierno. Microteatro Zaragoza

Infierno. Microteatro Zaragoza

La tarde se presentaba fría y lluviosa.

En mi cabeza sonaban incesantes y catastróficas las noticias de los espacios informativos ofrecidos en varias de las cadenas de televisión.

Escudriñé entre las ofertas culturales de nuestra ciudad, y decidí acercarme al estreno que ofrecía Microteatro Zaragoza, hasta el 5 de marzo en la antigua fábrica de chocolates Zorraquino, en el barrio Jesús, junto al río Ebro.

Apagué el televisor. Reconozco que lo hice con clara impotencia ante la programación ofertada. Para mí sigue siendo escasa y repetitiva.

Me acerqué al lugar. Como ya he dicho, una antigua fábrica de chocolate.

Al llegar ante la puerta, un escalofrío recorrió mi espalda…

¿Qué me estaba pasando?… ¡Estaba a punto de cruzar la puerta que iba a introducirme en otro mundo!… Afuera llovía… ¿Sería en verdad, como su título indica, el infierno?…

En la recepción, un mayordomo tétrico, vestido de negro, junto a una antigua máquina de marcaje de la fábrica, me hizo sentir que estaba a punto de entrar en los laberintos ocultos del género humano.

Sin saber en ningún momento las sorpresas que me depararía la visita.

Aquel personaje me invitó a acompañarle al interior…

Intuí que el mayordomo ejercía de cómplice interesado para mostrar a los demás personajes que se hallaban en el interior.

Los fui observando despacio, en el sentido de las manecillas del reloj… Siendo el mayordomo, junto a cada uno de ellos, por separado, hilo conductor y cómplice de la trama argumental.

Cada actor y su personaje representan, con veracidad y fuerza, los límites de la maldad y pensamiento humano.

Adecuado escenario, donde el juego de luces y sombras empleadas, juegan su papel, junto a un final   interesante cargado de misterio.

La proximidad de los actores hace que la interpretación acerque  al máximo los personajes al espectador.

Profesionalidad y buen hacer incuestionable para: Santiago Meléndez, Pilar Molinero. Antonio Magén, Saúl Blasco y Eva Magaña.

Una cita aconsejable para los amantes de la escena…

Salí despacio, sin prisa. Muy cerca de allí, el río Ebro continuaba creciendo en su caudal. La lluvia fina y continuada mojaba mi cara. Era el momento de abrir el paraguas. Miré al Cielo… ¡La Luna me miraba!

¡Un cafecito sentado en el sofá de mi casa, me sentaría de maravilla!

Sobre el Autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.