Dejémonos de tonterías y vamos a seguir adelante
para abastecer la sed, vamos a olvidarnos de lo poco importante,
vamos a seguir adelante, sed que nos aprisiona en este desierto
sin mares, sin espejismos, porque antes sentí el mar de tus ojos.
Improviso poemas que se quedan más lejos de lo que cualquier persona
pueda decir o pueda sentir, me queda más cerca el sentir que yo sienta
por las personas, se me queda más lejos ganar dinero con la poesía,
algo inpensable claro está, pero se me queda entre medias
encontrar algo por lo que merezca la pena la vida y matar a este silencio.
Por el retrovisor de mi coche observo lo divisible de estos ojos,
que te repiten que no te quieren ver más, lo impertinente de estas aceras,
ya no pienso en tiempos fáciles, en pasado ni futuro,
pero a veces creo que debería pensar mucho más en el presente.
Como dijo Jorge Bucay «nunca es suficiente lo que nos queremos a nosotros mismos»,
el quererse a uno mismo, es algo más que el todo de lo que se quiere cada persona,
«amar al otro, al prójimo, nunca está de más» es sinónimo de ocupar mi tiempo en ella,
voy a hacer hueco en las guarderías del pasado,
no volver a meter los dedos en el enchufe, para no pensar
que de querer tanto, quizá me haya quedado electrocutado.
©Roberto Zarco.
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