Al menos catorce entidades bancarias españolas han financiado a empresas fabricantes de armas, según un estudio realizado por la organización Setem. Armas como las bombas de racimo, las minas antipersona, armas nucleares o biológicas…, que están prohibidas o son consideradas “controvertidas” y que se utilizan en conflictos armados por todo el planeta.
Mientras, cada minuto muere una persona por un disparo. Más de 500.000 personas, cada año. En las calles de las ciudades de todo el mundo hay más de 700 millones de armas ligeras. Cada año se fabrican más de ocho millones de armas y 16.000 millones de municiones. Hay más de 300.000 niños que participan en algún conflicto bélico… Para la industria armamentística, el siglo XXI no podía haber empezado de mejor manera. En la primera década, las mayores empresas de fabricación de armas aumentaron sus beneficios en más del 50%. Tras los atentados del 11-S, el mundo se convirtió en un sitio “más peligroso”. No sólo por los talibanes y los terroristas islámicos, sino por la proliferación de armas y de conflictos en todo el mundo. Mientras millones de personas mueren en conflictos armados, otros se llenan los bolsillos. En España, por ejemplo, la industria de armamento factura 4.000 millones de euros y más de 18.000 personas trabajan en la fabricación de armas. Y en Estados Unidos, en 2011, los gastos militares superan los 700 mil millones de dólares, el 43% del total del gasto mundial.
Todo este comercio, o parte, se financia gracias a los bancos que deciden prestar dinero a los fabricantes de armas, como denuncia el estudio de Setem. Ocho de esos bancos, españoles, están relacionados directamente con la fabricación de, por ejemplo, las bombas de racimo que Gadafi está utilizando para masacrar al pueblo libio. El estudio explica que, por ejemplo, Instalanza, empresa fabricante de este tipo de armas y con sede en Madrid, ha recibido financiación de Bankinter, Caja España, Caja Mediterráneo, Ibercaja, Banco Popular, Banco Sabadell, La Caixa y Caja Rural. El estudio también relaciona con fábricas de armas a otras entidades como el BBVA, el recién creado Bankia, la Banca March o la BBK. Entre todas las entidades financieras que aparecen en el estudio de Setem han aportado cerca de 2.000 millones de euros a 19 empresas de armamento “delicado”.
El estudio saca una vez más los colores a un sector con muy “mala prensa” en los últimos años. La banca, y el sistema financiero actual, es una de las claves para entender las causas de esta crisis global. Y que los ciudadanos estamos pagando. Tras el estallido, los rescates millonarios con dinero público han permitido que hoy los altos cargos y los grandes accionistas vuelvan a ganar cantidades que son vergonzantes. Ya nada queda de la crítica al sistema financiero, de los aires de cambio y de aquellos sistemas de control público para que los bancos no cometieran más abusos.
Y no contentos con haber provocado la crisis y haber llevado a la ruina a familias y empresarios por la falta de créditos, además, algunos bancos se dedican a financiar empresas de armas con el dinero de sus clientes. Por ello, ha nacido Banca Limpia. Una campaña para informar a la sociedad sobre qué hacen los bancos con nuestro dinero y exigir a las entidades financieras que dejen de financiar a los fabricantes de armas. Porque nosotros somos clientes pero no cómplices. Tenemos que gritar alto y claro que queremos una banca más transparente, un sistema financiero que piense en las personas… bancos éticos. Dejar claro que no con nuestro dinero.
Periodista