Si nieva, ponemos cadenas, si llueve, nos llevamos paraguas, si hace frío nos ponemos capas, si hay atasco, paciencia, si no lo hay, velocidad, si vamos con niños, al pueblo, si vamos con pareja, a un lugar romántico, si vamos solos, de visita cultural, si vamos con amigos, de juerga, y si no vamos, ¡felicidad!
Unos que se van, otros que se vienen y alguno que se queda, por voluntad o no, los últimos, digo, y los primeros, y si me apuras también los segundos. Van y vienen, y en el camino se detienen, o ya no, que da mucha pereza salirse de la autopista, antes con las carreteras nacionales era diferente, parabas y listo, ahora ponte a buscar la salida, encuentra luego el pueblo, y busca la forma de regresar, deja, deja, sigue pa`lante que ya casi llegamos.
La crisis la dejamos para cuando volvamos, ya buscaremos trabajo entonces, y ¿los ahorros? Total, para que se los lleve Hacienda ya me los gasto yo, ahora a disfrutar, el miércoles, o el jueves, ya nos quejaremos de lo mal que está todo y de lo caro que es comprar, al menos dos semanas más, hasta que llegue la Navidad y nos vuelva a dar todo igual.
Fatuos fuegos de artificio de ostentación, me voy porque el vecino se va, y me tengo que ir, y sacaré fotos, cien, mil, dos mil, las que hagan falta, y luego las subiré todas a mi Facebook, aunque me haya aburrido, da igual, sólo importa que la gente vea que estuve de viaje, aquí, allí o más allá, ¡qué importa el lugar!
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