Miro la niebla que se duerme viendo amanecer el valle
y busco la nube que descubre la mañana vestida de luz y verde.
-dulce ilusión de lo ya vivido-
Sacó mi corazón por la mañana en soledad de azul
y lo llevo en la nube dormido hasta un vuelo de colores.
– lenta sucesión de huellas hacia el mediodía soñado-
Cuelgo mi aliento en la luz de un sueño sin alas
y lo dejo en la rama escondido hasta la hora de las flores.
– me gusta atardecer bajo un árbol y recoger de su mano la hoja ya vivida-
A veces vuelo con los pájaros hasta su nido para robarles el sueño
y cuando se hace silencio el corazón hablo al viento para oír mi voz.
-Nunca he sentido el vértigo de las hojas no escritas-
Las letras corren por mis dedos sin dilación
tras sus huellas en estas hojas huérfanas de luz.
Mi poesía es un cáliz de goteos del alma,
lluvia destilada en su caída desde las más altas ramas.
Mi obra es una vida que descansa de su agonía
enterrada entre poemas acunados por las voces lejanas.
-estoy amarrado a estas hojas de por vida-
Ellas son mi único esbozo de ilusión y sólo mi alma se mirará en ellas
al amanecer, cuando mi cuerpo duerma….
GERMÁN GORRAIZ LOPEZ