No parezco vislumbrar la luz al final del túnel, mientras tanto
dejo que esa chica descubra mi mejor faceta; la poesía,
aún recuerdo que cuando con algún grado más de alcohol
volvía a ser un soñador,
al que si prestaban un arma, mataría al momento
en que me dijeron: «tengo novio».
Creo que Dios hizo todo esto y fue el culpable de este secuetro a la vida,
saber a poesía cierta que vetó mi ilusión y así llegó mi inspiración,
pensaré dos veces más antes de subir a cualquier autobús,
si momentos antes sabría que me iba a volver a perder.
Hay poemas que podría guardar para mí,
pero sin embargo, los sigo explayando al mundo,
sigo recordándote con reminiscencias en playas llenas,
llenas de odio, rencor y pasión desenfrenada, sin frenos al hacer el amor y
saber que gracias a nosotros sigue rigiendo el mundo.
Hay mujeres que sé de sobra que no son para mí,
me siento lleno cuando gusta a decenas de personas lo que escribo,
necesito unas vacaciones en Júpiter, donde olvide
un «antes fuiste más inocente», pero mientras tanto,
sigo mandando explosiones sonoras al corazón, con el piano incasable
de Lincoln Brewster y la fuerza de tu nombre y de tu voz.