“Solo una única rosa roja barnizará el firmamento con su delirio, colmará con su fragancia la inocencia sometida, esparciendo con sus notas alegres, aquellas canciones y leyendas perdidasâ€
Hay un dÃa en el año donde el ambiente que impregna las ciudades y las poblaciones, se llena de ilusión, magia, inspiración, alegrÃa, amor y pasión. Todas esas sensaciones y sentimientos unidos, embarcan en historias conjuntas e individuales, resistentes, incansables y perdurables, convergiendo en el tiempo en una tradición popular, Sant Jordi.
La festividad se celebra en Catalunya desde el siglo XV, donde los prometidos, los matrimonios y los enamorados acudÃan a las ferias de rosas que se realizaban en honor a Sant Jordi. Esta tradición toma sus tintes más intensos en el siglo XX, naciendo un nuevo concepto, la rosa y el libro. El libro se vinculó a Sant Jordi, cuando el escritor valenciano Vicente Clavel Andrés, propuso a la Cámara Oficial del Libro de Barcelona y el Gremio de Editores y libreros, realizar una fiesta para promocionarlos. Aquà se decidió que el dÃa más propicio para realizarlo serÃa el 7 de octubre. Dos años más tarde, en 1929,  cuando se celebraba la Exposición Internacional de Barcelona, el Gremio de Libreros, decidió unificar sus esfuerzos e improvisar en la calle una exposición de libros para poder fomentar la lectura entre la sociedad. Debido al éxito conseguido, se decidió cambiar la fecha de esta celebración, asociándola al dÃa 23 de abril, dÃa de la muerte de Cervantes y Shakespeare y convirtiéndola en el dÃa Mundial del Libro.
…Sin embargo, dejando atrás el hilo histórico que da paso a la sucesión de los actos ocurridos precedidos a su nacimiento, debemos sumergirnos en la fábula de sus raÃces y asà entender la base más profunda de su encantamiento, solo asÃ, seremos seducidos por su hechizo…
Sant Jordi, la leyenda…
La leyenda narra la lucha intensa entre un caballero llamado Sant Jordi y un feroz dragón. Su historia se ubica entre las murallas del Montblanc, un municipio de la comarca de la Conca de Barberá en Tarragona…
…Hace muchÃsimos años, los montblanquinos vivÃan asediados por un terrible e implacable dragón, que amenazaba con su presencia a toda la comarca. Era tanta la devastación producida entre el ganado y la población, que hacÃa peligrar la integridad fÃsica de sus propios habitantes. Tras mucho pensar en la posible solución a su desdicha, se decidió realizar un sorteo entre toda la población, el objetivo principal era, conseguir librar con un sacrificio esa clase de exterminación. En el sorteo figuraban todos los individuos de la población, incluyendo también a los miembros de la realeza. Nadie querÃa ser la vÃctima, y el temor y horror, mantenÃan la tensión entre todos ellos.
Por sorpresa para todos, la persona elegida el dÃa del sorteo fue la hija del rey. Nadie podÃa imaginar que una princesa podrÃa ser vÃctima de un sacrifico y a pesar de la pesadumbre y el arrepentimiento, ella debÃa ser mortificada. Todo tenÃa que estar dispuesto, asà que se iniciaron los preparativos para celebrar el nombrado acto.
Cuando el dragón apareció, hambriento por su furia y su poder, se dispuso a tomar lo que era suyo. Pero en el preciso momento que iba a engullir a su presa, apareció un caballero que la salvó, luchando valientemente contra el dragón, hasta causarle la muerte. La sangre derramada por el temible y fallecido animal, propició al nacimiento de un rosal, emergiendo de él, unas preciosas rosas teñidas de un intenso y bonito color rojizo.
Desde entonces, la tradición catalana mantiene que los caballeros deben regalar una rosa roja a sus mujeres, el dÃa 23 de abril, San Jorge.
Son numerosos los actos que se celebran con motivo de Sant Jordi en Catalunya, convirtiéndola en el dÃa popular por excelencia. Calles galardonadas con rosas, avenidas repletas de expositores de libros, escritores firmando sus novelas, niños buscando sus cuentos o libros favoritos, adultos supervisando las últimas novedades, actos públicos, ferias medievales…
Pero la tradición que se mantiene dice que, “el hombre debe regalar una rosa a su mujer y ésta un libro a élâ€.