Cultura

Seis peces de colores, de David Tejera

David Tejera

Seis peces de colores

Algaida

                                                     Premio de Novela Ateneo de Sevilla 2012

Seis peces de colores, de David TejeraDavid Tejera profesional del periodismo con veinte años de ejercicio en televisión, celoso de su oficio y consciente de que en este mundo de la información no todo es transparencia por lo  que son muchas las veces, cada día más, la mentira informativa y sensacionalista pisa descaradamente a la verdad con las más sucias  artimañas alienadoras para esparcir  suciedad despreciando todo limpio compromiso y  transparencia profesional. Todo por buen pesebre que los poderosos ofrecen. Bueno pues este  activo y crítico escritor ha ganado por méritos propios el Premio  de Novela Ateneo de Sevilla  en esta represiva y terrorífica actualidad, donde la cultura está viviendo duras restricciones, El premio  cumple cuarenta y tres años de vida y no siempre milagrosa en cuando a la calidad literaria de algunos de lo anteriormente beneficiados. Esta obra ganadora no la considero una gran novela como pueden ser  entre otras muchas, Las uvas de la ira o La muerte de Virgilio o El barco de la muerte de B Traven, por mencionar  tres títulos de  diferente temática pero indiscutible solidez. Mas Seis peces azules es una buena novela que sin género de dudas se puede considerar como  otro de los mejores títulos premiados con este galardón de Novela Ateneo de Sevilla.

La trama con sus correspondientes leyendas  ofrece una narración tensa con envolventes intrigas y misterios, ágil  ejercicio que partiendo de un mismo punto se bifurca por  tres senderos distintos que al final vuelven a reencontrase en un solo tronco resolutivo. Para disfrutar de tan tensa oferta literaria la historia recorre una larga y no menos variada geografía por la India, Siberia, Angola, lugares donde la dureza y criminal  explotación del hombre extrayendo preciosas riquezas es terrorífica. Parte la aventura de una  intimidad en la ciudad de  Ámsterdam, lugar en la que tiene su joyería el ambicioso misterioso joyero Nerón Staufman  con el que tal Andreas  traficante de piedras preciosas tiene manejos y entendimientos con dinero por medio. Y paralelamente nos encontramos con Elka dependienta en la tienda de te situada entre canales en el barrio de Jordaan. Ella es compañera sentimental del gran protagonista, desde donde  ha tomado vida tan especial personaje sin pasado este cauto aventurero  fino cazador de piedras preciosas de alto valor económico y en algún caso, si la oferta es tentadora, buscar el precioso diamante de 83 quilates  de la época medieval, allá en la India, conocido y deseado por el nombre de El Jahangir e historia real de un  envolvente misterio.

Pero la altura de la novela no se debe en exclusiva a la aventura que de por sí ya ofrece el suficiente contendido, mas hay que sumarle el facto humano y emotivo quien eleva su calidad por  llevar consigo una realidad social donde se muestra con toda su desnudez cómo malviven en la miseria muchos seres humanos, “todos aquellos y aquellas que viven del dinero y el esfuerzo de los demás sin ser dignos de ellos. Porque en esta historia junto al exotismo que se narra en ese embrujo del tiempo pasado en la misteriosa India y esa ciudad entre la realidad y la mitología con su dioses, también resulta conmovedor el factor humano, por ejemplo el vivido por el cazador de piedras preciosas en la inmensidad de la pobreza en Siberia a veinte grados bajo cero con ese niño que dibuja mientras observa con el rabillo del ojo lo que su madre la ha servido de comida al aventurero que se encuentra en su casa hospedado. Y como este cazador de diamantes, conmovido le ofrece su comida que lleva carne a cambio del dibujo de una bicicleta.

Seis peces de azules es algo más que una novela de aventura, porque también aunque resulte inalcanzable para la mayoría se busca la “propia felicidad”. Esta es una de las varias razones que han conducido la narración, pues el autor considera que su “profesión es cómplice de muchas cosas, de silenciar, de no denunciar, de no contar, de justificar lo injustificable, de contar al revés, de venderse muchas veces al mejor postor. Y sin embargo también creo  que es imprescindible para despertar conciencias. Aunque pienso que eso hoy en día se hace más desde Internet y desde las redes sociales que desde los medios tradicionales”.

Sobre el Autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.