La Semana Santa está ya haciendo sentir sus motores de cirio y oración. La máquina procesional está próxima a ponerse en marcha. Además de las tradicionales Sevilla, Málaga o Zamora, podría decirse que cada pueblo de España guarda tradiciones que vienen repitiéndose en los días que se avecinan desde hace décadas y décadas sin dejar que se pierda la riqueza religiosa y cultural de nuestro país.
Nos metemos entre las bambalinas de estos preparativos en la iglesia de Santa Cruz de Madrid, entre los miembros de la antiquísima Congregación de los Siete Dolores, y los vemos limpiar con cariño los elementos de su paso: candelabros, faroles, pollero o andas; cortar las velas a la altura adecuada; coser los hábitos; medir los capirotes; pegar los carteles que anuncian la procesión por todos los alrededores de su sede, vecina de la Puerta del Sol, a las puertas del Madrid de los Austrias, al lado mismo de la antigua cárcel de corte; vestir la imagen; derretir la cera derretida y adherida del año anterior; desplegar el manto sobre los bancos de la iglesia; diseñar conjuntamente con la floristería el arreglo de los ramos; practicar al órgano las más bellas composiciones religiosas…
Lejos de la imagen de gentes secas o tristes que puede transmitir el duelo de la Semana Santa, se refleja en sus rostros una emoción, una alegría propia de quien hace algo de corazón. También nos encontramos con gente muy joven, sangre nueva de estas instituciones que ponen tanto empeño en que todo salga a la perfección como los sabios veteranos que dirigen toda la coordinación en este complejo concierto de preliminares Hablamos con José María Pérez-Castells, Eduardo Fernández Merino, Silvia Sampedro Barajas, Verónica Mozo Osorio y Arturo González Benito. El primero de ellos es el Hermano Mayor desde hace seis años y miembro de la Congregación desde hace cincuenta:
– ELLIBREPENSADOR: ¿Qué significa para vosotros la Semana Santa?
– JOSÁ‰ MARÁA PÁ‰REZ-CASTELLS: Es una de las principales celebraciones de los cristianos. Estar en paz con Dios y recordar por qué vino y murió por nosotros. Para acompañarle en el calvario que sufrió y recordar ante todo su Pasión.
– EL: ¿El nombre de los Siete Dolores de dónde procede? ¿A qué se refiere?
– J.M.P-C: La devoción a los Siete Dolores de la Virgen María tiene su origen en Santa Brígida de Suecia (1303-1373): «Nuestra Señora prometió que concedería siete gracias a aquellas almas que la honren y acompañen diariamente, rezando siete Ave Marías mientras meditan en sus lágrimas y dolores”.
– EL: ¿Qué es lo más complicado durante estos días de preparación?
– J.M.P-C: Espiritualmente: «Por medio de la oración, nos preparamos para mejorar la calidad de nuestra relación con Dios y renovar nuestra vida cristiana». Como hermandad, reunirnos en este tiempo con mayor frecuencia para preparar nuestra participación durante la Semana Santa y estar más cerca de las actividades de la iglesia.
Eduardo Fernández Merino es el vestidor de esta talla de la Virgen de hermosísimo rostro. Con sumo cuidado da vueltas alrededor de la talla colocando las diferentes capas de un complejo atuendo, siguiendo las pautas de los viejos patrones, del que al final se perciben fundamentalmente el terciopelo negro, los bordados y las joyas.
– ELLIBREPENSADOR: Tengo entendido que estáis rescatando el estilo castellano, ¿qué significa eso?
– EDUARDO FERNÁNDEZ MERINO: El estilo castellano consiste en vestir a la Dolorosa con las ropas de luto que llevaban las viudas de la corte castellana en el siglo XVI. Fue iniciado en 1560 por la condesa viuda de Ureña, camarera mayor de la tercera esposa de Felipe II, al regalar uno de sus mejores trajes de luto para vestir a la Virgen de la Soledad del convento de la Victoria, situado junto a la Puerta del Sol de Madrid. Este vestuario de la Dolorosa mantiene en su disposición las prendas originales de las viudas: saya negra, manto negro y largas tocas blancas que caen desde la cabeza sobre el vestido.
– EL: ¿Qué piensas cuando estás vistiendo la imagen? ¿Qué criterios sigues para elegir entre su ajuar?
– EFM: Para la estación de penitencia del Viernes Santo reservamos la ropa de mayor calidad, el manto de cola, los encajes más finos. Aunque en principio el vestuario de las viudas era en blanco y negro sin adorno alguno, la indumentaria de la Virgen se ornamenta con ricos bordados en oro, simbolizando la gloria que reviste su profundo dolor. Cada vez que visto a la Virgen de los Siete Dolores pongo especial acento en recuperar este aspecto de reina antigua y desconsolada tan acorde con el carácter austero de nuestra Real Congregación.
Silvia y Verónica son dos jóvenes hermanas que trabajan en que todo esté a punto: las pruebas de los hábitos y capirotes, los ensayos de los anderos, la limpieza de los elementos de la procesión:
– ELLIBREPENSADOR: ¿No se supone que gente de vuestra edad a esta hora de un viernes, está preparándose para salir de marcha?
– SILVIA SAMPEDRO BARAJAS: Supongo que sí, pero nosotros estamos en esto y lo hacemos porque es lo que llevas dentro. No se me ocurre irme de marcha.
– VERÁNICA MOZO OSORIO: No tiene por qué. No tiene que ver que seas joven. Esto es algo de sentimiento, y el sentimiento no tiene que ver con la edad.
– EL: ¿Cuál es vuestro momento favorito durante el recorrido de la procesión, que pasa por lo más granado del Madrid antiguo: la plaza de la Villa, la Plaza Mayor, la calle Mayor, la conocida como iglesia de las Carboneras?
– SSB: Para mí lo más precioso es la entrada en las Carboneras porque es lo más emocionante y lo más emotivo. Sobre todo cuando dobla el recodo y entra en esa plaza. Los penitentes no vemos el paso hasta llegar a ese momento, y la Virgen está iluminada, es de noche… muy emocionante y muy emotivo. La siguiente vez que la ves es ya cuando entra en la iglesia.
– VMO: Hay dos momentos impresionantes para mí, uno es cuando sale de la iglesia y el otro cuando entra en las Carboneras porque da la impresión de que tuviera vida propia, como si me fuera a decir algo…
Arturo es a un tiempo tesorero y andero, y tiene una completa visión del trabajo que significa, a lo largo de todo el año, el espíritu vivo de la Congregación.
– ELLIBREPENSADOR: ¿Cuál es la característica distintiva de vuestro paso, según tú lo ves?
– ARTURO GONZÁLEZ BENITO: El paso resulta proporcional a la Hermandad, familiar y entrañable, y pequeña en dimensiones, pero con un gran patrimonio de cinco siglos. Y ésta es, yo creo, su característica más propia. Además somos los únicos anderos que vamos tapados, llevamos capuchón desde el momento en que la imagen sale a la calle.
– EL: ¿Entre cuántos hermanos lleváis a la Virgen durante el recorrido? ¿Qué se siente en esos momentos?
-AGB: Somos dieciséis anderos y solemos llevar tres o cuatro reservas. Pues fíjate lo que se siente que se te olvida que cuentas con esos reservas e intentas llevarlo desde el comienzo hasta el final. A pesar de que se hacen ensayos previamente es en el momento de salir cuando sientes que estás llevando a la Virgen y te llena un orgullo enorme. Yo mientras tenga salud y pueda estaré bajo el paso. La gente tiene que verla, y saldrá siempre.
La procesión tendrá lugar el próximo viernes día 10 de abril, teniendo su salida de la Parroquia de Santa Cruz en la calle Atocha, a las 19:00 horas.