«Sí» sincero, el «sí» comprometido, el «sí» verdadero y positivo, el «sí» dicho con todos los argumentos meditados y pensados, sabiendo lo que significa ese compromiso, no puede haber dudas, es como golpear la mesa y decir:¡SÁ! con rabia, voy a por todas, habrá obstáculos pero ya estoy comprometido y no hay marcha atrás.
Si no es así, es mentirse a uno mismo y a los demás, es no saber decir que no.
Es triste esa persona que no se atreve a decir un «no quiero» rotundo, por miedo a muchas cosas o a perder otras tantas. El carácter se forja con el compromiso de las personas y el saber decir un «no» cuando es necesario, que nada ni nadie te condicione.
«Sí, pero», para mi se queda en la mitad del «sí» y el «no», es como: «bueno lo voy hacer, pero a lo mejor no puedo hacerlo», dudas y mas dudas, condicionantes en el pero, stand by, «a lo mejor», «es que», personas indecisas, dubitativas, no se creen capaces, piensan que sí, pero al rato dudan de sus capacidades y todo son pegas, les falla la personalidad y la autoestima, no creen en su potencial.
En la vida, las decisiones hay que tomarlas con valentía, sin dudas, sin peros, ya solucionarás lo que encuentres, hay que forjarse un carácter, no podemos vivir en una eterna duda.
Es duro estar todo el día pensando: «sí ,pero a lo mejor», «pero le voy a decir», «pero», «pero», «pero»… Si yo hubiese puesto «un pero» hace cuatro años, todavía estaría drogándome.
Dije «sí, salgo» y fue duro, pero aprendí mucho sobre mi persona y de lo que soy y no soy capaz, ahora no me condiciona nada ni nadie, si digo que «sí» va a misa y si digo que «no», también.
Ya no me valen las medias tintas en mi vida.