Incontables las ocasiones en que el aire
ha vuelto a dejar huella en su tez,
la cual desnudé, a la vez que sentimientos,
en otros días más apacibles, como ayer.
Aún así, eres la más cruel y preciosa
de todas las mujeres, poniéndome entre la espada y la pared,
repitiéndome en sueños que eres lo que yo anhelo,
yo por ti espero a las caídas de tus sentimientos.
Definitivamente, eres lo que yo busco, o con lo que deseo toparme,
sólo con que me abrazes, me sientas, me comprendas,
sólo por esta vez,
eres para mí, lo que yo soy para ti, sin sombras en tu tez.
Y ahora, mírame, y dime lo que sientes,
sin compromisos,
sin ataduras,
loco de cordura ando por el sendero de la vida,
que podemos compartir aún en distancia, o como sea.