Lo nuestro es una “feria de despropósitos”. Los sindicatos mayoritarios, concretamente CC.OO y UGT, solo se ocupan y preocupan de los trabajadores empleados, y sin son afiliados y pagan la cuota sindical..¡¡mucho mejor!! Los desempleados no les interesan, y además, estando dispuestos a aceptar sueldos más bajos con tal de tener trabajo, ¿Qué se puede esperar de este colectivo como dirían los dirigentes sindicales?. Lo suyo es oponerse al abaratamiento del despido como propone la patronal para defender el empleo. Los líderes sindicales alemanes promueven un nuevo orden de trabajo, que impida volver a los patrones de los años 80 y 90 que tanto gustan a Méndez (UGT) y Toxo (CC.OO.) y definir un nuevo concepto de política sindical centrada en la flexibilidad y la seguridad que se adapte a la sociedad industrial moderna.
Cuando el 83% de los parados españoles, según la encuesta realizada por Sigma Dos, considera que las cúpulas sindicales no se ocupan (o pasan) de ellos, están evidenciado que el lema de “no nos representan”, cada vez más repetido, cobra mayor vigencia. Aprobar una reforma laboral profunda y coherente es una necesidad palmaria. Lo que no se puede permitir, con 5.300.000 parados, es continuar con la estrategia de parcheo empleada en la pasada etapa socialista, entre otras razones por el absurdo y reverencial temor a los sindicatos por parte del ex presidente Zapatero. Si CC.OO y UGT consideran que deben manifestarse, e incluso convocar una huelga general. ¡adelante! Pero la época de las amenazas tiene que terminar de una vez por todas.
Un país que está tolerando y padeciendo el 48% de desempleo juvenil, es una canallada que exige a Gobierno y agentes sociales a buscar soluciones e implantarlas urgentemente. Todos deberán ceder como ocurre en cualquier negociación, pero ante una situación tan sumamente crítica como la nuestra, la sociedad, lo que está demandando y cargada de razón es que el Ejecutivo actúe con criterio y valentía y sindicatos y patronal con responsabilidad. Tales estamentos están obligados a dar respuesta inmediata a esos millones desheredados de la fortuna, mucho de los cuales son parados de larga duración que ya no perciben subsidios ni ayudas de ningún tipo.
Se impone una revisión a fondo de las llamadas “políticas activas de empleo”, adaptando la formación impartida a las necesidades reales de nuestro tejido empresarial y dotándola con los fondos económicos necesarios, debidamente canalizados y controlados hasta el último céntimo, evitando cualquier tipo de desmán como los famosos EREs, etc.
Es prioritario recuperar unas tasas de paro similares a la media europea si queremos garantizarnos el llamado “estado de bienestar” tan necesario y unas pensiones y seguridad social que nos aseguren el futuro. En efecto, la reforma laboral, por si sola, no es el “bálsamo de Fierabrás”, pero si un paso trascendental para colaborar en la creación de nuevas empresas, que en definitiva son las que generan puestos de trabajo.
Estamos condenados a crecer y creceremos. Necesitamos marcarnos un horizonte sólido y alcanzable, aunque solo sea para conseguir el respeto y reconocimiento de nuestros propios hijos a los cuales debemos legar un país con futuro y oportunidades . Acabemos con las disculpas del mal perdedor y comencemos a asumir compromisos y sentirnos responsables y orgullosos de nuestro trabajo. En el fondo dependerá de nuestra voluntad, empeño y sacrificio. Seamos generosos con los nuestros sin esperar reconocimientos pero demostrando que sabemos cumplir.