EL CRISOLÂ Â Â -Â Â Â Pascual Mogica Costa
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   En cuanto a los diputaciones su razón de ser acabó cuando se aprobó el Estado de las AutonomÃas.
    Al anuncio de Mariano Rajoy de rebajar en un 30% el número de concejales, se une ahora el de la reducción de diputados regionales. Todos sabemos que en este paÃs no sobran los polÃticos, lo que sobran son polÃticos, y no nos parece mal estas dos iniciativas del presidente del Gobierno, pero no sé porqué no se atreve a hincarle el diente al Senado y a las diputaciones provinciales. En el Senado los españoles estamos manteniendo a 208 senadores electos y 58 designados, en total 266, a más de toda la parafernalia de personal e infraestructuras tanto de tipo administrativo como de instalaciones que rodea a estos 266 cargos.  Hasta el momento presente su función es más que desconocida para los españoles y todos tenemos la percepción de que se trata de un “cementerio de elefantes†utilizado por los partidos polÃticos para “contentar†a todos aquellos que no pueden acceder al Congreso de los Diputados en calidad de miembros de esta cámara o bien no han podido “colocarlos†como alcaldes o en otros cargos públicos de especial relevancia.
   En cuanto a las diputaciones su razón de ser acabó cuando se aprobó el Estado de las AutonomÃas. La administración ya no estaba tan lejana de los administrados como cuando no existÃan las comunidades autónomas y por tanto su función ya no es necesaria. En estos dÃas se ha producido un hecho del cual ha informado el periódico Información de Alicante que pone de manifiesto el poco interés que las diputaciones, en este caso la de Alicante, tienen para el Gobierno central y autonómico, ya que de un total de 9,7 millones de euros que en ente provincial alicantino debe recibir para el presente año procedente de dichas administraciones solo han transferido en lo que llevamos de año 127.570 euros, o sea, un 1% con lo cual las inversiones previstas por la Diputación Provincial de Alicante no se van a poder ejecutar. Esto demuestra que las diputaciones provinciales no sirven para nada y que el interés que despiertan en las altas instancias administrativas, Estado y autonomÃa, es más bien ninguno, lo que deja bien claro que perfectamente el paÃs podrÃa funcionar sin ellas y ahorrarnos un importante número de millones los contribuyentes.
    A lo dicho anteriormente se le podrÃa añadir el eliminar las subdelegaciones provinciales del Gobierno central, lo que antes era el Gobierno Civil en cada provincia, dado que existen también los subdelegados del Consell ya que puede existir una duplicidad de funciones que provoque el que probablemente una de estas dos subdelegaciones no tenga razón de ser.
   En fin, vuelvo a lo dicho anteriormente, en España no sobran los polÃticos como afirman algunos, sobran polÃticos, pero nadie se atreve a hincarle el diente a un tema tan delicado por las reacciones que se pudieran dar en el seno de la misma clase polÃtica.