Cultura

Star Trek: En la oscuridad

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El espacio… la frontera final, y de nuevo en la Enterprise. Lo siento, no pude resistir empezar el análisis de esta forma.

No cabe duda la gran popularidad de la franquicia Star Trek, o mejor conocida por estos territorios como Viaje a las estrellas, creada por Gene Roddenberry. En algún momento, fuéramos televidentes fieles u ocasionales, pudimos apreciar las extraordinarias aventuras de la nave intergaláctica “USS Enterprise” junto su carismática tripulación integrada por el astuto capitán Kirk, nuestro comandante vulcano favorito el racional Spock –muy popular como disfraz para Halloween y uno los referentes más parodiados de la serie en otros films o programas-, la eficiente teniente Uhura, el neurótico medico jefe a bordo «Bones» McCoy y otros; explorando los incógnitos confines del universo. Sin embargo no solo era ciencia ficción de breve entretenimiento, sino que en su contexto fantástico buscaba indagar en la condición humana mediante apuntes filosóficos, antropológicos y sociológicos muy interesantes, algo que ha ido complementándose aún más durante temporadas o las generaciones posteriores con otros elencos actorales de una creciente mitología que tiene 47 años.

Se hicieron varias películas de calidad desigual –destacando para mí la primera que dirigió el gran Robert Wise– , pero en esta ocasión quisiera hablar de la más reciente, la cual es secuela del reinicio ejecutado por un enérgico aunque mesurado J.J Abrams –el tipo que nos dio series como “Lost” o “Alias” e hizo la cinta tributo “Super 8”– por allá en el 2009. Tanto en el programa como en los anteriores films, las historias se sostenían por la interacción de los personajes, la narración progresaba por correctos contrapunteos en los diálogos de manera pausada y la acción era secundaria. Las batallas espaciales semejaban a enfrentamientos navales submarinos. Abrams en cambio nos trae una odisea frenética pero constante, y muy bien contada siguiendo a una tripulación rejuvenecida, donde cada miembro tiene su momento para destacarse.

A pesar de sacrificar algo contenido sobre sustancia, es decir, que las ideas son bien establecidas, mas no profundas o exploradas siquiera, haciendo hincapié en sus deslumbrantes efectos visuales. Jamás dije que esto fuera perjudicial, aun así dentro de toda su vastedad estética los tripulantes son desarrollados y progresan; en serio hace verosímil un entorno donde especies extraterrestres conviven con unos simpáticos seres humanos. Disponemos de buen drama, instantes de tensión y comedia simple sin afectar la continuidad de los acontecimientos.

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Lo esencial para que la experiencia no se convierta en un blockbuster genérico, es la correcta identidad renovada de sus icónicos protagonistas, mas desenvueltos y manteniendo señas de los originales. Por ejemplo la amistad entre Kirk (Chris Pine) y Spock (Zachary Quinto) presenta unos matices significativos, casi emulando parcialmente la dinámica Shaftner – Nimoy.  En cuanto al “villano” – que en realidad posee motivaciones comprensibles para justificar y hacer lo que cree correcto, sin importar a quien aparte de su camino e interpretado por un correcto Benedict Cumberbatch-, solo esta trazado con destellos cercanos a la majestuosidad e inteligencia en sus actos, no obstante pierde peso por culpa del avance apresurado del metraje al carecer de mayor exposición. Son todavía arquetipos pero genuinos.

Todo el conjunto es estable y sencillo, excepto por algún que otro atajo argumental para la resolución de ciertas situaciones. Es de agradecer que evite ser un burdo intento de lucro con la nostalgia colectiva, se nota el respeto por el material original en certeras referencias. Entretenida y de un ritmo envidiable.

Sin más que decir estimados lectores… larga y prospera vida.

Sobre el Autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.