Escenarios, 21
El universo gay se ha ido estableciendo en nuestra cultura durante los últimos decenios hasta alcanzar un cierto estatuto de normalidad. No obstante, en algunos paÃses de nuestra área se están produciendo fenómenos de involución y se corre el riesgo de perder las cuotas de libertad sexual duramente alcanzadas tras siglos de represión e intolerancia. Eso explica los diversos movimientos en defensa de las libertades conseguidas y la organización de actividades concurrentes, entre las que se sitúa la Segunda muestra aragonesa de teatro por la diversidad afectivo-sexual, que se está desarrollando en Zaragoza entre los dÃas 19 y 29 septiembre.
En el marco de esta celebración se inscribe la obra que ha ofrecido el Teatro del Mercado, dentro del ciclo Actúa 2013, titulada ‘Mi novio es gay’. Se trata de una pieza que discurre entre lo dramático y lo cómico, planteando las vicisitudes de una pareja de novios homosexuales que reflexionan sobre su situación y debaten las decisiones a tomar. La temática no es especÃfica de las parejas gays, sino común a todas las que planean una convivencia o la ejercen ya. ¿Qué queremos decir cuando hablamos de relaciones sentimentales? ¿Cómo se compaginan el sexo y el amor? ¿Qué significa la fidelidad? ¿Cómo entendemos el compromiso? ¿Cuál es el futuro de una pareja en los tiempos que corren? ¿Cómo resolver las contradicciones que genera la convivencia?
En la obra hay un análisis del amor desde una perspectiva lúdica. El programa la califica de ‘promiscua, soez, genial, dúctil, apasionada, cosmopolita y un tanto kafkiana… pero tan real como Tantimodovariana. No he podido averiguar qué significa este término; ni siquiera figura en el blog de la compañÃa Benamate que produce la obra, pero sà hay en él un texto que resume con acierto la propuesta:
“Podemos sentir que el amor nos libera o nos encarcela, pero lo cierto es que son nuestras propias vivencias, nuestras expectativas y nuestros miedos los que provocan esa sensación. El amor, ese sentimiento sobrevalorado y, sin embargo, tan necesario, por sà mismo no es ni más ni menos que un sentimiento, como la tristeza, el miedo, la sorpresa… Podemos gozarlo o sufrirlo. De nuestra valentÃa depende. Pero… ¿de dónde nace? ¿Por qué ocupa tanto lugar en nuestras vidas? ¿PodrÃamos vivir en un mundo sin amor? ¿Son iguales ‘todos los amores’? ¿Y el sexo? ¿Qué papel juega en todo esto? Distintas reacciones dirigen el rumbo de nuestra vida en torno a estas preguntas. A veces, incluso, llegamos a realizar acciones que, lejos de provocarnos felicidad y libertad, nos arrastran más a los lados oscuros de nuestro corazón. Si bien ningún acto relacionado con nuestra vida personal, con nuestra forma de relacionarnos con nuestro cuerpo, nuestra alma y con l@s de l@s demás, debe ser juzgado (podemos y debemos hacer uso de nuestra libertad), no todo nos resulta válido cuando alimenta nuestros miedos, nos aÃsla, nos aleja de nuestro deseo real. Luchar por la felicidad requiere coraje. Es un acto de valentÃa. El amor de otra persona no puede salvarnos, liberarnos. Es porque somos libres que realmente podemos AMARâ€.
La actuación de Jesús Amate y Carlos Morla, protagonistas de la trama, es inteligente y flexible, a tono con las alternativas del texto. Los recursos a la imagen cinematográfica y la introducción de canciones se integran bien dentro del espectáculo, en el que tal vez sobrarÃa la interacción con el público de la sala. La escenografÃa es sobria, pero suficiente.