Cultura

Teatro: una mujer de vida disipada

Escenarios, 72

ARTE PLa personalidad artística y el talento dramático de José Luis Esteban, avalados por una trayectoria impresionante sobre las tablas, y también sobre la pantalla, se han mostrado de nuevo en el escenario del zaragozano Teatro de las Esquinas, en la recreación entre cómica y sentimental de un título sugerente de la literatura española: ‘El arte de las putas’, de Nicolás Fernández de Moratín.

Una ingeniosa estratagema de apropiación textual convierte a un personaje anónimo, Elías Cañabate, en protagonista de la historia que inspiró el libro, la de Dorisa, hembra generosa que alegró la existencia de la varonía madrileña a finales del siglo XVIII y comienzos del XIX, la cual donosa dama, al parecer, ha mantenido caliente su fogón sexual hasta las postrimerías del XX y comienzos del XXI, por cuanto en sus enredos queda involucrada la realeza reciente, situación sugerida con discreta picardía en el texto del monólogo cómico e irónico que ha montado Esteban con ingredientes –muchos de ellos en endecasílabos–, extraídos de la literatura erótica de la época. La alusión a la modernidad se completa con citas más que evidentes a un registrador de la propiedad, de origen gallego, con aspiraciones de gobierno antiguas, consolidadas también en el siglo XXI.

Elías Cañabate, chulo y eterno enamorado de Dorisa, pero que no aparece citado en el libro de Moratín, sostiene que sin su ayuda nunca hubiera sido capaz tan famoso vate de escribir el poema. Pretende defender la memoria de todas las putas del mundo, empezando por su propia madre y nos cuenta la historia de su vida con un humor festivo, pero también amargo, porque nunca consiguió poseer a su amada, que acabó cayendo en brazos de la realeza y sus cortesanos.

El texto, lleno de ingenio, está poblado de multitud de voces, músicas, personajes y ambientes tratados con humor, ironía y ternura, encontrando una vez más las más hermosas flores entre la basura, como dice el propio transcriptor. Que haya “teatro siempre, pero no a cualquier precio”.

El trabajo monologuista de Esteban es impresionante, con una hora larga de actividad incesante, interpretando personajes varios, alternando las voces, los gestos y los acentos hasta casi la extenuación. Sorprende la densidad del texto recitado y recreado sin desmayo a pesar de las dificultades que siempre entraña la poesía rimada.

Un espectáculo divertido, por una parte, aunque por la otra induce a la reflexión sobre el papel de la mujer en la sociedad occidental y su baja consideración por parte de los hombres como simple objeto de placer, un asunto que queda planteado y expuesto al juicio de los espectadores.

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Sobre el Autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.