EL CRISOL – Pascual Mogica Costa
De todos los argumentos que han dado los eurodiputados españoles sobre su rechazo a viajar en avión en clase turista, me quedo con el del popular Alejo Vidal-Quadras, cuando defendió que “los viajes en business no son por lujo sino que responde a una “necesidad objetiva” derivada de la actividad laboral de los políticos y que volar una 150 o 300 veces al año requiere unas condiciones físicas que sean las adecuadas a este esfuerzo”. O sea que vuelan un día sí y otro no o casi todos los días y que para ello hay que disponer de la capacidad física de un atleta, según Vidal-Quadras, al menos así se desprende de su alegato.
El menor de mis cinco hijos, por motivos de su trabajo tiene que desplazarse constantemente a la India, Vietnam, China, Indonesia y Las Vegas ((EEUU), esto supone muchas horas de avión y largas horas de espera en los aeropuertos para los transbordos que los que los hemos sufrido sabemos lo cansinas que son. He preguntado a mi hijo que en qué clase viajaba, en avión, claro, y me dice que él siempre lo hace en clase turista. Le he pedido que me diga las horas de vuelo, sin contar las de espera para cambio de avión, y en un viaje de ida y vuelta dentro del recorrido Alicante-Madrid-Frankfurt-Hong Kong me dice que suele durar unas 15 horas, o sea un total de 30 horas entre ida y vuelta, que sumadas a las de espera para cambio de avión se convierten en un total de 40 horas de viaje. Hay que añadir a esto cinco horas más porque desde Hong Kong a Dongguan, ciudad en que la empresa en la cual trabaja tiene sus oficinas, y viceversa hay dos horas y media de coche, o sea cinco en total. Un “viajecito de placer”, vamos. Y si se viaja desde Hong Kong a Indonesia (Isla de Java) añadámosle diez horas más de avión, entre ida y vuelta. Cincuenta horas de viaje, que si las comparamos con las dos horas y poco más, cinco en total, por ida y vuelta, que emplean nuestros eurodiputados para desplazarse a Bruselas y volver a España, que por cierto no tienen el porqué viajar un día sí y otro no o todos los días, ya que cobran más de 300 euros diario por dietas y por ello pueden muy bien “hacer noche o noches” en Bruselas, si viajan tanto, cosa que no me acabo de creer, es porque quieren. Si para esto se requiere viajar en business y además tener unas buenas condiciones físicas, si tenemos el caso de mi hijo, y de otros muchos, nos encontramos con que este debe contar con unas condiciones físicas más que extraordinarias. Yo diría que atléticas, pero del atletismo de élite.
Después de lo dicho por Vidal-Quadras, he de confesar que estoy asustado y que empiezo a temer por la salud de mi hijo. Porque tantísimas horas de viaje, si tenemos en cuenta lo argumentado por el eurodiputado popular, precisan de un esfuerzo sobrehumano. Ahora me explico por qué en siglos pasados la gente moría muy joven. Con las caminatas que se pegaban no eran precisamente para morir de viejo. Larga vida para nuestros eurodiputados. Dicen que “como te procuras duras”.