(Alfaguara, 2010).
Cuando al hablar te juegas la vida,
Todo es silencio.
La boca no es para hablar. Es para callar.
En Brétema, un pueblo de la costa gallega, hubo un tiempo en que las redes del contrabando, reconvertidas al narcotráfico, alcanzaron tanta influencia que estuvieron muy cerca de controlarlo todo: el poder social, las instituciones, la vida de sus gentes.
Fin, Leda y Brinco exploran la costa a la búsqueda de lo que el mar arroja tras algún naufragio. El mar es para ellos un espacio de continuo descubrimiento. El destino de estos jóvenes estará marcado por la sombra odiosa y fascinante a un tiempo del omnipresente Mariscal, dueño de casi todo en Brétema.
Manuel Rivas, uno de los más grandes escritores en lengua gallega y en castellano, escribe con una prosa incisiva. Tan pronto es mar en calma como embravecido, da forma a un universo fronterizo en el que los silencios van moldeando a cada uno de los protagonistas.
Estamos ante una apasionante novela que relata cómo cómo los círculos del crimen rodean y corrompen, no siempre con éxito, el extraño duende de la condición humana.
“Me sumerjo en la palabra y sólo asomo la cabeza para respirar”, escribe Sandra Faginas. Es la emoción inefable de leer a un clásico que escribe como los ángeles y jamás deja de asombrarnos con su dominio del lenguaje y su inmensa capacidad para dar voz a las cosas, a los paisajes y a los seres fronterizos, aunque sea con estruendosos silencios que conmueven. Y eso es el arte.
J. C. Gª Fajardo