Siempre que los españoles hemos querido comparar la capacidad de trabajo de alguien hemos recurrido a esas frases que dicen: “Trabajas más que un chino o más que un negro”. Se da la circunstancia de que el menor de mis hijos por motivos de trabajo se pasa más de ocho meses al año en China y en otros países, pero principalmente en China, la verdad es que viaja más que el holandés errante, y al regresar de uno de sus desplazamientos al país asiático me enseñó alguna fotos que había tomado de cosas curiosas que se daban la zona donde él suele estar más a menudo. La foto estaba tomada en la parte ajardinada de la factoría con más de 6.000 trabajadores de plantilla que estaba visitando y en ella se veía, en medio de una gran extensión de césped a una persona en cuclillas y al no estar muy cerca de ella le llamó la atención y le preguntó al propietario que le acompañaba que era lo que esa persona estaba haciendo, respondiéndole este que ese empleado estaba cortando el césped. Al no ver ninguna máquina cortacéspedes mi hijo se extrañó y le pregunto qué con que estaba haciendo tal tarea aclarándole el dueño que con una cuchilla. Mi hijo por pura curiosidad se acercó más y comprobó que efectivamente lo estaba haciendo con una cuchilla que no era más larga que un simple cuchillo de mesa. A la vista de ello le sugirió al patrón que porqué no lo hacía con una máquina para cortar el césped, respondiéndole que esa persona le salía más barata que si compraba una máquina. Lo que acabo de contar es totalmente cierto. Increíble pero cierto. Como muy bien se puede pensar el crecimiento del césped cortado le iba pisando los talones al operario.
Esto viene a colación porque hace unos días el presidente de Mercadona puso el ejemplo de la productividad de los bazares chinos. El pasado día doce en una entrevista publicada en El País a María Dolores de Cospedal, la que gobierna Castilla-La Mancha por control remoto, le preguntaron sobre que le había parecido este ejemplo del máximo dirigente de Mercadona y Cospedal le respondió: “Sin interpretar las palabras de nadie, yo que creo en España hace falta trabajar más”. El entrevistador le espetó: “¿Y cobrar menos?”. La respuesta de la secretaria general del PP fue: “Hace falta trabajar más. Las empresas alemanas a veces han optado por trabajar más horas manteniendo sueldos y muchas se salvaron. Hay que trabajar más en todos los sectores, público y privado”. Eso de que hay que trabajar más puede tener su razón de ser, pero…¿Dónde está el trabajo? ¿Dónde venden trabajo? Seguramente Cospedal no sabe que en España se ha intentado en muchas empresas en crisis y en bastantes ocasiones no ya solamente mantener el sueldo y trabajar más sino reducir salarios y eso nunca ha servido para nada al final esas empresas, por estar mal gestionadas, se han ido al traste.
Pero por un momento vamos a ponernos a trabajar como el chino que cortaba el césped con una cuchillita lo que al final puede llevar a la conclusión de que con poco sueldo se puede trabajar y por ahí parece que van los tiros del Partido Popular, máxime si tenemos en cuenta que cuando se le pregunta a la dirigente del PP: “¿Y cobrar menos?” esta no responde y se limita a decir que “hace falta trabajar más”. En esta zona, en Elche, donde priva la fabricación de calzado, se consume mucha piel de distintas especies animales, estas se fabrican en factorías modernas cuyo montaje cuesta mucho dinero, a lo mejor a Cospedal se le ocurre emplear el viejo método de los indios norteamericanos cuyas mujeres limpiaban las pieles de los restos de carne que pudieran quedar en ellas hasta dejarlas en condiciones de ponerlas al sol para su secado y posterior utilización. Las pobres squaws, mujeres indias, se dejaban los dientes en tan dura tarea y encima no cobraban. O sea que los españoles llevamos camino de convertirnos en chinos, porteadores negros o squaws. Y todo ello gracias a esa reforma laboral que Rajoy ha calificado como “justa y necesaria”. La misma reforma fiscal sobre la cual el presidente del Gobierno ha dicho que esta impedirá que haya tres millones más de parados, algo que cuesta creer porque todos sabemos que todo lo que se abarata se consume más, y el despido se ha abaratado.