Escenarios, 8
Darío Fo es una personalidad indiscutible en el campo de las letras. Recibió el Premio Nobel de Literatura en 1997. Su obra teatral es universalmente conocida y aplaudida. Sus piezas se representan una y otra vez porque son intemporales, contienen un fondo permanente de referencias humanas y satisfacen las exigencias artísticas de las personas que aprecian la comicidad inteligente.
Durante el pasado fin de semana, el actor Julián Ortega ha ofrecido en el Teatro del Mercado, de Zaragoza, tres de las breves historias escritas por el autor italiano: el cuento de ‘La Tigresa’, delirante fábula oriental, ‘El Primer Milagro del Niño Jesús’, episodio extraído de los Evangelios apócrifos, y la leyenda clásica de ‘Ácaro y Dédalo’ tratando de escapar del laberinto de Creta.
Recurriendo exclusivamente a sus dotes expresivas y mímicas, el actor actúa como un cuenta cuentos de alto voltaje porque consigue atrapar la atención de los espectadores e introducirlos en los mundos imaginarios que describe. Con un despliegue notable de recursos gestuales y vocales, dentro de una escenografía escueta, ha logrado implicar a los espectadores que, sobre todo, en la primera de las narraciones, se adentran en el espíritu que la alienta y en la letra que la describe.
Las tres historias representadas son independientes entre sí, pero de algún modo quedan unificadas por la personalidad del narrador y la intención del autor. La primera de ellas, que al parecer Darío Fo recogió en una visita a China, es la más extensa y a veces peca de reiteraciones innecesarias. Pero la salva la habilidad del actor parece introducirse en sus personajes, sobre todo en los dos animales que incorpora al escenario con mímicas y onomatopeyas acertadas.
Animales hay también en los otros dos cuentos, de mayor brevedad y no menor interés, tanto por su trama como por su expresión escénica. Un acierto singular es la doble caracterización, en el segundo de los cuentos, del niño Jesús y de Dios Padre, conseguida con una simple modificación en la máscara.
Importante es también el lenguaje utilizado, de enorme fluidez en las presentaciones, antes de iniciar la narración de los cuentos propiamente dichos. Encontrar hoy día alguien que se exprese sin coletillas (¿no?, ¿verdad?), sonidos dubitativos (eeeh, emmm…) o recursos tópicos (a ver, digamos…) en su forma de hablar, es todo un regalo.
La dirección de José Antonio Ortega y el manejo de la iluminación completan el interés de este trabajo de Producciones Teatrales Colaterales.