Cultura

El día está gris, como triste, a punto de llover. Miro por la ventana de mi habitación mientras saboreo una taza de café. Mi gato ya hace mucho que se escondió bajo la cama ante la inminente tormenta y la televisión sigue encendida, ajena a la realidad de que nadie la escucha.

La gente camina apresurada en la calle. Temen mojarse. Los vehículos comienzan a acumularse, cosas de la hora, supongo. En la esquina del bar ‘El último rojo’ un bus escolar descarga a un grupo de niños perfectamente uniformados, mientras un par de policías detienen el tráfico para no lamentar ningún atropello desafortunado.

Compruebo el reloj. Ya casi es la hora. Sin saber la razón comienzo a ponerme nervioso. Es como si la certeza de la cercanía de tu presencia me pusiera en alerta. Siento que estás cerca, a punto de llegar, y eso me ilusiona.

Al fondo atisbo tu figura. Esbelta, voluptuosa, sensual. Llevas puesta tu falda negra y tu suéter granate. En tu mano derecha un portafolios, en la izquierda un cigarrillo, al hombro un bolso a juego con tus zapatos. Caminas deprisa, como siempre, como huyendo de algo, pero sin saber de qué.

Te detienes en la pastelería. Miras el escaparate, dejas que tu mente se empache y vences a la tentación de entrar. Tu figura no te lo permitiría. Sonríes a un niño, acaricias a un perro y sigues andando hacia el semáforo.

Allí tiras tu cigarrillo. No quieres que yo te vea fumar. Rebuscas en tu bolso y sacas un chicle que te llevas a la boca para combatir el aliento a tabaco. Te ajustas la coleta y cruzas la calle con soltura, con elegancia, como sólo tú sabes.

Comienza a llover. Pierdo tu presencia, pero te siento más cerca. Escucho el ascensor. Apuro el café. El gato asoma la cabeza. Suena la puerta. Me giro. Te veo. Me miras. Sonríes. Siento que te quiero más cada día.

Sobre el Autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.