Por las gélidas calles de esta ciudad blanca y azul se desliza tu vida como estela luminosa.
Trato de adentrarme por ese hueco inaccesible, entre la luz y la sombra, en donde todavía resuenan los ecos de tus pasos. Pero no te encuentro. No distingo de ti sino los reflejos dorados de tus cabellos. Y a continuación desapareces. Y ya no me conformo con la espera. Acelero el corazón. Reniego de todo aquello que me rodea. No tengo entendimiento propio. Corro por las calles heladas de esta ciudad blanca y azul buscándote desesperadamente. Pero no te encuentro. No acierto a vislumbrar de ti sino los ribetes ensortijados de la túnica mora que trasluces. Y de repente desapareces. Que no me resigno a la espera. Que no entiendo ni de palabras, ni de silencios siquiera.
Por las calles frías de esta ciudad blanca y azul se desliza tu vida como luminosa estela… ¡Y aún no sé tu nombre!
(Ilustración: todocoleccion.net)