Hacer turismo no debe implicar necesariamente viajar lejos y a un precio ambiental elevado. Conocer el territorio propio de cerca, la cultura popular.
Probar la lentitud, vivir a fondo el camino, sea en el transporte que sea, disfrutar de los olores, los colores, las texturas de un paisaje nunca pisado. Tomarse un tiempo para escuchar a los anfitriones, para echar una mano a quien lo necesita y apreciar sus costumbres más allá de nuestra rutina … Recorrer los espacios naturales con respeto y responsabilidad. Son reductos que se han conservado con muchos esfuerzos de sus habitantes y que nuestra presencia debe ayudar a preservar.
Ya hace tiempo que los sistemas de certificación ambiental como el EMAS destacan aquellas organizaciones que integran en sus procesos la variable ambiental. De esta manera, campings, hoteles e incluso un parque temático como Port Aventura disponen de la certificación europea EMAS que asegura una cuidadosa responsabilidad ambiental de la empresa. En nuestro país hay una organización, el Club EMAS que reúne varias decenas de empresas e instituciones que disponen de EMAS, entre ellas algunas turísticas, y que hace una difusión exhaustiva de esta certificación entre los diferentes sectores económicos. En la web de la Generalitat de Cataluña se puede consultar el listado de organizaciones turísticas que disponen de EMAS.La Carta Europea del Turismo Sostenible, que promueve la Federación Europarc, Federación de Parques Naturales y Nacionales de Europa, nacida en 1973, es una acreditación de calidad para las áreas protegidas que gestionan el turismo de forma sostenible. Consiste en un programa de buenas prácticas que compromete a todos los agentes que operan el turismo en parques naturales y nacionales europeos.
Es importante que en las áreas protegidas del planeta los visitantes sean lo más cuidadosos posible, dado que las especies que viven pueden ver alterado su hábitat. Por otra parte, los parques protegidos son una atracción turística de primer orden y el turismo sostenible puede ser una oportunidad para las localidades de acogida y el país en general.
Elogio de la lentitud
El movimiento Slow, Creado en Italia por Carlo Petrini en 1986, opta por ir siguiendo el camino, sin prisas, sin velocidades rápidas ….. Critican un turismo alocado, denominado «de pulsera». Numerosas ciudades y pueblos se han adherido al movimiento Citta Slow o City Slow . Este movimiento tiene el caracol como emblema y en Bra, la localidad de Carlo Petrini, se puede encontrar en una piedra a la entrada del pueblo. Recuerda, como su campanario media hora atrasado, que el tiempo necesario disfrutarlo minuto a minuto. Allí se predica con comercios cerrados entre semana y no la vorágine que queremos-¿o nos imponen?. En Cataluña hay pueblos que están siguiendo los pasos del Slow, como Begur y Pals. Es una buena manera de defender las costumbres, la cultura popular, la gastronomía, la lengua …
En un momento en que muchos viajeros ansían hacer kilómetros cuanto más rápido mejor, con tal de llegar a destinos exóticos … sin tener en cuenta que el camino es lo más importante y que los viajes en avión son los más insostenibles de todos los modos de transporte…; el viaje Slow o Slow travel tiene como objetivo disfrutar lentamente y sin prisas el destino y el viaje, la hospitalidad de sus habitantes, lo que cuentan sus piedras y lugares … Los viajes se tratan de hacer en tren, barco, bicicleta o a pie y menos en coche y avión. Los lugares para hospedarse son familiares y en el medio rural principalmente, los restaurantes con comida de la tierra-Slow food-y la cultura del lugar se convierte en un valor añadido …
Fuente: www.empresaybiodiversidad.org