Puede resultar sorprendente que en un país, como el nuestro, donde ningún partido político quiere declararse de derechas, que todos luchan por un Centro que los tiene descentrados, un grupo bien coordinado de treinta pintores de reconocido prestigio y una suma semejante de poetas y escritores, representando distintas generaciones e ideas creativas, se haya unido para exponer, sin intereses económicos, su obra creativa, pintura, poesía y algo de prosa, para una causa de alto nivel humano, como es el palpitar del corazón y su transplante para dar nueva vida.
Porque de eso se trata, una llamada homenaje a la donación de órganos. Compromiso sin distintivos políticos donde la escritura y la pintura, sin ánimos de lucro, derechos de autor y galerías, se presta “En una sociedad en la que nuestro modus vivendi tiende cada día más al individualismo, ejercer la solidaridad es casi la mejor expresión para seguir ejerciendo la colectividad”
Porque como señala el poeta y filólogo Rafael de Cózar, coordinador de los escritores, junto con Emilio Diaz –Cantelar por los pintores:”La imagen y la palabra, la pintura y la literatura siempre estuvieron ligadas, desde las raíces de la historia del arte, a veces en completa fusión, como las antiguas formas del caligrama, o el emblema, por citar dos ejemplos en los que la imagen se integra en la palabra”. Como dijo el poeta griego Simónides “poesía silenciosa” con la “pintura que habla”.
Sumemos el reconocimiento y transparencia del Dr. Pérez Bernal coordinador de la exposición, cuando manifiesta que “la sensibilidad y solidaridad de pintores y escritores han sido las claves para hacer realidad este encuentro excepcional, cuyo único objetivo es luchar por la vida, a través del ARTE, de los enfermos terminales” Porque esta muestra desea sin brindis al sol o cultura de escaparate salvar vidas en la tierra, con la colaboración de poetas y pintores, “lograr una concienciación favorable en nuestra sociedad hacia las Donaciones de Árganos. El gran reto de utilizar el Arte como instrumental para salvar vidas”
Todo una actitud armoniosa frente a esta desconcertante sociedad de “coge el dinero y corre”, a la mediocridad de las tribus políticas, donde la izquierda ha perdido la memoria, la voz y la palabra clara, junto a un conservadurismo que siente vergÁ¼enza de presentarse como derecha civilizada, capaz de tocar el piano de la concordia sin la nostalgia patriotera tirando al monte de los caídos “por dios y por España” con su vocerío y leguleyos.
Son muchas las cosas que no se entienden pero que alarman a una ciudadanía, que les va volviendo la espalda harta de tanta mediocridad y vituperio. Algo preocupante y serio, cuyas consecuencias sólo de pensarlas provocan escalofríos por razones que tienen muy claro quienes nos negamos a ser unos desmemoriados por decreto, pero sí a ser solidarios.