Una primera aproximación. Román Chalbaud, cineasta venezolano, nacido en 1931, ha desarrollado una extensa producción cinematográfica. Han identificado su obra como «cine de autor», haciendo la reducción del concepto al sello personal del cineasta. Sin embargo, la cinematografía chalbaudeana debe dimensionarse a «más que estilo», es cuestión de la «poética» (1).
Hace algunos años, Naranjo (1984) conceptualizaba el cine de autor como:
«… obra artística, vendría a ser un producto donde, sobre la participación creativa de varios en una labor colectiva como lo es el cine, destaca especialmente y se impone la personalidad creadora de un artista. Esto quiere decir que un filme de autor es una creación original, que garantiza un planteamiento estético individual que pudo o no aparecer desde el mismo origen ‘escrito’ de la obra… sin embargo es visible a través de todo su desarrollo en imágenes…» (p.27).
Este concepto es usado por Naranjo como punto de arranque para definir el cine de Chalbaud como “de autor”, obviando la poética del cineasta, entendida como aquella forma de disponer y manipular los elementos artísticos, los signos y sus significados. Un ángulo que se decide para abordar el filme. Una visión del mundo plasmada en el hacer y el crear, una cosmovisión. Como dijera Agel (1973) Una respuesta a ¿quién crea?, ¿cómo crea? y ¿cuáles son las condiciones esenciales del arte? Y sobre todo, una diferencia clara del modo clásico del cine. Rasgos clásicos que sí se solapan en los filmes de Chalbaud (moraleja, enseñanza, melodrama, espectacularidad). La poética implica, además, una actividad reflexiva del cineasta (creador). En palabras de Honoré, B. (1980) una actividad «…de creación, de innovación. Es generatriz de nuevos símbolos, reveladora de nuevas percepciones. Suscita nuevas estructuraciones a partir de los elementos ya conocidos, asociados en nuevas relaciones” (p. 133) (2)
El Pueblo De Chalbaud en algunos de sus filmes. Un denominador común del pueblo representado en los filmes de Román Chalbaud es el de pueblo-pobre, victimizado por los políticos, las instituciones (la policía, por ejemplo), el contexto y la pobreza misma. De esta manera, en Sagrado y Obsceno lo que empobrece, confunde, distorsiona y quebranta el cuadro de costumbres de los habitantes de una pensión caraqueña es la presencia de una víctima y de un victimario políticos (Izaguirre en: Román Chalbaud 6, 2006-I). En el Pez que Fuma los niños de un barrio celebran con inocencia la llegada de colchones nuevos al burdel presidido por La Garza. En El Rebaño de Los Ángeles “frente a un grupo de damnificados todos son solidarios hasta el extremo de desafiar a la policía que quiere desalojarlos del liceo donde han encontrado refugio y comprensión” (Izaguirre en: Román Chalbaud 6, 2006-II). En La Oveja Negra “es el pueblo el que habla… Es él quien decide sus cultos, sus ritos, su moralidad, sus normas de convivencia, su derecho a la violencia. Y ante todo lucha por impedir que nada ni nadie transgreda los límites del sagrado recinto donde ejerce su autonomía, su soberanía” (Rodríguez en: Román Chalbaud 6, 2006), una comunidad imaginaria de pobres contra el poder. Sólo que unos pobres que se valen del crimen como trabajo y forma de vida.
El Pueblo en “El Caracazo”. En El Caracazo, Chalbaud recrea los sucesos del 27 y 28 de febrero de 1989. Opina que “todo lo que se ve en pantalla ocurrió realmente… Se hizo una investigación al respecto”. He aquí una pregunta interesante: ¿es posible que lo ficcionado y atrapado por una cámara sea igual a la realidad? La realidad chalbaudeana viene a ser una lectura y la lectura del espectador otra realidad.
¿Quién es el pueblo de «El Caracazo»?
Es el resultado de un guión y de algunos elementos cónsonos con el cine clásico. Una concepción de didactismo y moraleja. Un didactismo que va de la mano con la palabra (3) y el melodrama (4). Se recrea el 27 F: una rebelión popular. El pueblo mostrado es victimizado, humillado por el poder político y las demás instituciones del gobierno de turno. No escuchado y discriminado. Al mismo tiempo, se recrea una “conciencia de pueblo».
Para Lanz (2008) lo “popular” tiene un fuerte sesgo estigmatizador cuando se mira desde un discurso elitesco: sea que el “pueblo” es figurado como el lugar de carencias y debilidades o que le atribuyen los sufrimientos y martirios, resultado de las formas históricas de ejercicio del poder. De acuerdo a Lanz “Lo popular se eleva míticamente como fuerza recóndita, como sabiduría, como entidad predestinada a las hazañas y misiones heroicas”. Pero el pueblo de «El Caracazo» es más bien la oportunidad de unos líderes identificados desde «la no autoridad» (5) para dirigir a la gente. Un liderazgo representado por cuatro personas que habitan en la Parroquia 23 de Enero. Para Lanz (ob. cit.) el pueblo sin dirección política, sin programa, sin táctica y sin estrategia, incita unas nuevas reglas de juego y una nueva configuración del espacio público. Pero estas nuevas reglas del juego no están presentes en el pueblo de la película “El Caracazo”. Las nuevas reglas del juego se refieren a la mirada de la fuerza constructiva que puede emerger de la sensibilidad popular instalada en las prácticas de la gente, sin importar la clase social (6) y lejos de cualquier manera de populismo (7). El pueblo puede habitar por su cuenta el espacio de lo público, donde nunca ha estado verdaderamente. El pueblo del Caracazo, más bien, representa la evocación de lo que permanece irresuelto, de lo que vendrá y de la democracia que se alcanzará.
Habitar el espacio de lo público implica, en principio, dos aspectos (8):
1.- Ser pueblo en sí mismo. La búsqueda de una fisonomía propia, que tantas veces ha sido variada y mejorada al modo de los “magos” y “brujos” de cada momento: Guzmán Blanco, Betancourt, Gómez, Castro, los Monagas, Crespo. Fisonomía que en el filme “El Caracazo” se corresponde con la concepción de “pueblo protagónico y revolucionario”.
2.- La necesidad de un sistema de valores que guíe la reflexión y la pasión del pueblo, ya que las iniciativas de los grupos (a las que alude Lanz, por ejemplo) pueden convertirse en factores anárquicos y disociadores. En esta dinámica, es necesario agregar un aspecto (9) más:
3.- Comprender que habitar el espacio de lo público es habitar la vida pública. Y la vida pública no es sólo política, sino, a la par y aún antes, intelectual, moral, económica, religiosa; comprende los usos todos colectivos e incluye el modo de vestir y el modo de gozar. Queda claro, entonces que en El Caracazo el pueblo no habita la vida pública sino que es un pueblo caracterizado por su énfasis en la lucha, la rebelión.
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(1) La Poética del cineasta no puede reducirse a la poesía o al estilo poético.
(2) El mismo autor la diferencia de la actividad reflectante como una actividad técnica de producción, discriminación y aplicación.
(3) La palabra es uno de los elementos del estatuto o código semiótico del cine. Los demás elementos son la imagen, el ruido, la música, el grafismo y la digitalización.
(4) Para Aumont y Marie (2001) el melodrama se caracteriza por la acción intensa, fundada en acontecimientos violentos, estructura narrativa simple y grandilocuencia.
(5) Es posible el ejercicio del liderazgo desde la no autoridad. En este caso el liderazgo surge por acciones específicas de quienes no tienen autoridad formal ni informal, y se caracteriza por la no identificación crucial de quien ocupa tal posición o al menos, si esa identificación es posible, es irrelevante a los efectos del sistema en el cual se desarrolla la actividad (Heifetz, Linsky y Martin, 2002)
(6) En el filme El Caracazo se representa una dicotomía de clases: los ricos y los pobres. Para Chalbaud: “Hay sectores que no han entendido que se cambió el paradigma y ahora la cultura es el pueblo; en barrios y sectores rurales, donde nunca llegó política cultural alguna, se inauguran cinematecas. Antes, de la cultura eran dueño doce familias. Son dos maneras de ver: la de los ricos versus la de los pobres” (Chalbaud, 2009).
(7) Hay teóricos que si consideran el populismo como la vía real para entender algo sobre la constitución ontológica de lo político como tal. Es el caso de Laclau que en su obra On Populist Reason “invierte el papel que generalmente se le asigna al populismo, pasando de ser un fenómeno aberrante e irracional en los márgenes de lo social, a ser el rasgo central y la racionalidad específica de lo político” (Marchart, 2006).
(8) Aspectos obtenidos a partir de la recontextualización de las ideas de Briceño- Iragorry (2007), expuestas en Mensaje sin Destino.
(9) Desarrollado a partir de las ideas de Ortega y Gasset (2004).
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REFERENCIAS
*Agel (1973). Poétque du Cinema. France: Edit. Du Signe.
*Aumont y Marie (2001). Diccionario teórico y crítico del Cine. A-Z. Buenos Aires: Editorial La Marca.
*Briceño- I, M (2007). Mensaje sin Destino. Caracas: Monte Ávila Editores.
*Briceño Iragorry, M. (2004). Mensaje sin destino. Caracas: Monte Ávila Editores.
*Chalbaud, R. (2009). La Cultura por el carril del socialismo, en: El Nacional, 29/06/09.
*Heifetz, R., Linsky, Martin (2002). Leadership on the line: staying alive through the dangers of leading. Cambridge: HBS Press.
*Honoré, B. (1980). Para una Teoría de la formación. Madrid: Narcea, S.A. de Ediciones.
*Izaguirre, R. El Rebaño de Los Ángeles, en: Román Chalbaud 6 (2006-II). Colección Cuadernos Cineastas Venezolanos. Fundación Cinemateca Nacional
*Izaguirre, R. Sagrado y Obsceno, en: Román Chalbaud 6 (2006-I). Colección Cuadernos Cineastas Venezolanos. Fundación Cinemateca Nacional
*Lanz, R. (2008). Lo Político transfigurado. Estrategias para entrar al mundo postmoderno. En: Lectura, ciudadanía y educación. Miradas desde la diferencia. (Valera y Madriz, compiladores), Caracas: Fundación Editorial El Perro y La Rana.
*Marchart, O. En el nombre del pueblo. La razón populista y el sujeto de lo político, en: Cuadernos del Cendes. Año 23, N°62.
*Naranjo, A. (1984). Roman Chalbaud, un cine de autor. Mérida: Fondo Editorial de la Cinemateca Nacional.
*Ortega y Gasset (2004). La Rebelión de las masas. Versión electrónica. Disponible en: http://www.laeditorialvirtual.com.ar/
*Rodríguez, F. La Oveja Negra, en: Román Chalbaud 6 (2006). Colección Cuadernos Cineastas Venezolanos. Fundación Cinemateca Nacional