Cultura

Una mañana en el Círculo de Bellas Artes

Corría el fin de semana pasado por Madrid cuando decidí aumentar mi cultura existencial pasando una mañana en el conocido Círculo de Bellas Artes de Madrid. Llamé a un par de señoras mayores que estarían encantadas de acompañarme, para no sentirme tan friki y nos embarcamos a la aventura. Para variar había manifestación en la capital de este país que tan bien marcha, y tras varios rodeos logramos llegar a nuestro objetivo. No piensen ustedes que el motivo de la visita era de elevada categoría o escondía alguna lección cultural… no. Más allá de una cerveza en la cafetería, las señoras, casi pertenecientes a otra época, y yo, únicamente aspirábamos a tomar una cañita que aligerará el calor madrileño.

Pero España es España, y mucho más en escirculo bellas artestos tiempos así que nada más entrar fuimos víctimas del pago de una entrada completa, por aquello de no saber qué hay en cada piso. Tras intentar sentarnos en la terraza del ático a la sombra, intento fallido, desembocamos en una planta con una exposición muy actual, algo así como “el feminismo en los años 80”. Eché de menos a mi amiga Marta, estudiante de periodismo como yo, a la que engaño para que me acompañe a eventos de esta clase que cubres en 5 escasos minutos y además a contracorriente. Total, que tuve que dar sola la vuelta a la sala, mientras una de las acompañantes se sentaba a descansar. Al acabar, ante su preguntona mirada declaré:

–          No vale nada.

Sin embargo la otra señora, que accede siempre a descubrir nuevos “artes”, al acabar diez minutos después me dijo con aplomo:

–          Fíjate cómo las mujeres comenzaron a reclamar sus derechos básicos ante la sociedad. Esta fue una etapa muy importante para nosotras.

En esos casos siempre deseo saber levantar una ceja para que mi cara refleje totalmente lo que pienso, pero carente de esta facultad, no me quedó más remedio que contestar adecuando mis pensamientos a la educación que mi madre siempre se ha esforzado en inculcar en mí:

–          Pero, ¿no has visto que son travestis y mujeres desnudas en posiciones eróticas? Exactamente… ¿qué clase de derechos ves que reivindiquen aquí?

Salimos por donde entramos, sin deseo de conocer el resto de los pisos que tan a disgusto habíamos pagado en la entrada, pero eso sí, la caña a la luz de una lámpara veneciana con la Gran Vía madrileña a modo de escaparate, me la tomé.

Sobre el Autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.