Con motivo del bicentenario de la independencia de Sudamérica, varios autores latinoamericanos han compartido sus opiniones sobre uno de los mayores sucesos de la literatura reciente: “El Boom latinoamericano”. La conferencia organizada por la Casa America ha reunido a autores como Gonzalo Celorio, Consuelo Triviño y José Pablo Feinman. Todos ellos han coincidido en que, más de cuarenta años después, este suceso sigue teniendo un efecto notable en la escritura de muchos autores originarios del continente sudamericano.
¿Cómo nació el boom de la literatura latinoamericana?
A menudo se dibuja el boom de la literatura latinoamericana como un evento súbito que revolucionó las bases de un estilo gracias a la aparición de autores tan insignes como Julio Cortázar, Carlos Fuentes, Gabriel García Márquez o Mario Vargas Llosa. Sin embargo, el escritor Gonzalo Celorio subraya que el boom empezó unos años antes. Ya en los años 40 y 50, autores como Miguel Ángel Asturias y Alejo Carpentier habían creado las bases de un realismo mágico que fascinó al mundo entero. Por estos motivos, el autor mejicano describe el boom latinoamericano esencialmente como un fenómeno editorial o comercial, alimentado por el desarrollo de un importante mercado nacional.
Por su lado, el autor argentino José Pablo Feinman ha expresado que el boom de la literatura latinoamericana tuvo mucho que ver con la revolución cubana. Según Feinman, América se volvió muy interesante para Europa a raíz de este evento. De esta forma, el autor argentino conecta directamente la historia con la literatura y refuerza la teoría de un “cóctel” que abarca muchos factores, tanto políticos como económicos y literarios. “Ahora, esperamos otra revolución para que se produzca otro boom”, comentó irónicamente José Pablo Feinman.
Efectos y repercusiones del boom
Según la autora colombiana Consuelo Triviño, “el boom favoreció mucho la conexión del público español con Latinoamérica porque abrió la puerta a realidades distintas, nuevas sonoridades y nuevos temas”. Gracias a ese auge y al mayor reconocimiento, se intensificó la relación de los autores hispanoamericanos con el mercado editorial. Asimismo, la autora destaca que los años que siguieron el boom fueron marcados por una literatura con aspiraciones universales que apostaba por una simple renovación técnica. No obstante, Consuelo Triviño recalca que, “desde los años 90, los escritores se empeñan a alejarse de los tópicos del boom, sobretodo de la fórmula del realismo mágico”. Algo tiene que ver con la teoría del espejo y de los estereotipos, es decir del rechazo a un estilo que les puede estigmatizar.
Por su lado, José Pablo Feinman ha expresado con su estilo más irreverente que el boom arruinó las posibilidades de muchos escritores. Así pues, Gabriel García Márquez y Vargas Llosa se transformaron de repente en auténticas apisonadoras que impusieron su sombra a todos los demás autores latinoamericanos. Si bien no se puede culpar a los grandes maestros por su rotundo éxito, la intervención del autor argentino ha reflejado el todavía increíble prestigio de una generación que será para siempre conocida por su impacto universal.