Cultura

UNA MIRADA DESDE LOS VALORES AL FILME VENEZOLANO “EL ENEMIGO”

Ponencia presentada en el Congreso Pedagogia 2009
Palacio de Convenciones de La Habana, 27 de enero de 2009.

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A.- Introducción
(Objetivos, fundamentación y justificación)

“El Enemigo” es una película independiente que se propusiera rodar en 2005, el Director Luis Alberto Lamata. Esta película se enmarca en lo que pudiera denominarse “cine guerrilla”, es decir una película de bajo presupuesto grabada en un formato de Dvcam. El Enemigo ganó el premio del público en el Festival Latinoamericano de Trieste 2008, El Premio a “Mejor Película” en el Festival del Cine Venezolano, Mérida 2008. Y estuvo prenominado a los Premios Goya 2009 como “Mejor Película Extranjera”, en donde por escasos puntos no estuvo entre las cinco nominadas.
“El Enemigo” está basada en la obra de teatro Un corrío muy mentado, de Javier Moreno, y en palabras de Lamata, esta obra le “…conmovió profundamente, pues sin dejar de mostrar con dureza la realidad de unos sentimientos, no perdía de vista la posibilidad de la compasión cuando eres capaz de reconocerte en otro…” (Entrevista realizada a Lamata en el blog Cinescopio, febrero 2008).
La película no es un largometraje sobre la violencia sino una interpretación sobre la violencia. Que sea una sesgada, buena o mala interpretación de la violencia no es el centro de este estudio. No se trata de dar calificativos. Simplemente es una interpretación más de un director venezolano.
“(…) En una guerra moral, si actúas como el enemigo, eres el enemigo (…)”.
Esta frase dicha por Elisa (la actriz Daniela Alvarado), en el tráiler, rápidamente nos da una idea sobre lo que puede analizar el espectador. Y, justamente, analizar el discurso del filme venezolano “El Enemigo” desde la dimensión de los valores es el objetivo de los autores. Dejando claro que no se trata de un análisis de la forma ni de los espacios fílmicos, ni tampoco de una crítica cinematográfica. En consecuencia, el objetivo, se dimensiona y limita a la esfera de los valores.
Existen varias experiencias sobre el cine y los valores para niños. Como ejemplo puede mencionarse el Programa “Cine y Educación en Valores” liderado por la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción de España y dirigido a las edades entre 6 y 14 años. También han sido significativas las Jornadas de Cine y Educación de Madrid (2002). Además de los aportes de sitios especializados en internet como la página de “Aulas de Cine” (2008)
Pero El Enemigo tal y como se presenta, no es un película para niños. Está dirigida al adulto joven, adulto y adulto mayor (en definitiva adultos). Y son dos cosas diferentes. Cuando los niños ven una película están inmersos, en parte, en un proceso de socialización que implica transmisión de valores y modelos de referencia. En el adulto, no es que esté descartado sino que predomina un énfasis, más maduro, en cómo se ve la película. Es en parte esta, la justificación al estudio aquí planteado. Como dijera Stahelin (1976):
“…en nuestra era de cultura, a todos les conviene ver cine. La película está ya incorporada a la cultura. Los libros educan y las películas educan, y libros sin películas no darán el humanismo de nuestro siglo. Pero así como hay que aprender a leer, así también hay que aprender a ver cine. Y si leer no es deletrear, ver cine no es mirar a la pantalla durante una proyección”.De esta afirmación puede llegarse a la idea que no sólo es importante la atracción del formato audiovisual y la buena acogida del público, sino su utilización como medio para el análisis, la interpretación y hasta la reflexión de ciertos valores. Más aún, cuando se trata de una temática propia de la sociedad urbana venezolana y latinoamericana. Son los valores, en definitiva, quienes orientan las normas, actividades, conductas y opiniones, y son elementos esenciales en la formación de las personas. Sirva esto como elemento de fundamentación al estudio propuesto.

B.- Enfoque epistemológico, Método y Referentes de Entrada
El acercamiento epistemológico al estudio es Racionalista, usando como método la deducción. Siguiendo a Hernández y Padrón (1997) la deducción se trata de un método en el que se pretende dar respuesta a un enunciado muy general y abstracto, del cual poco a poco se va haciendo un acercamiento al logro del objetivo planteado.
Como referentes de entrada se tomaron en cuenta las características de los valores procedentes de la “teoría de valores”, reseñadas por Ferrater Mora (1994). De modo que el concepto de valor aquí adoptado es aquel constituido por dichas características. También se tomó la idea de la dialéctica sistémica (entendida por los autores como un sistema de valores y anti valores interrelacionados, no independientes). Además de ideas de autores que sirvieron para soportar las deducciones. En este caso se hace referencia a Delleuze (1985), Quintero (2008), Ricoeur (2001), Foucault (2001), Polaino (2008) y Cruz (sf).

C.- La Historia. ¿Qué cuenta El Enemigo?
Antonieta Sánchez (LOURDES VALERA) es una madre soltera. Vive de lavar y planchar. Así sacó adelante su vida y la de su hijo Odulio (DARÁO SOTO), con dificultades económicas, pero siempre honrada en medio de un ambiente duro y hostil. Lo cierto es que su hijo se le perdió en el camino: pasó a ser un joven delincuente y un sicario capaz de matar por dinero. Y sólo tiene dieciséis años. ¿Cuánto sabe realmente Antonieta de la vida de su hijo? La noche en que Odulio irrumpe a las puertas de su casa, abaleado y escurriendo sangre, el mundo le da un vuelco y la vida de Antonieta ya no será la misma.
Benigno Robles (CARLOS CRUZ), un fiscal del Ministerio Público. Es un hombre de clase media, que abrazó la carrera del derecho con toda la ilusión de justicia y servicio que un joven idealista de diecisiete años podía tener a mediados de los años setenta. Después del día en que Elisa, su única hija (DANIELA ALVARADO) fue alcanzada por una bala procedente del arma que poseía Odulio, la vida de Benigno tampoco será la misma. Su objetivo ahora es vengarse de quien le disparó a su hija.
Esa madre y ese padre (Antonieta y Benigno) coinciden una angustiante noche en los pasillos de un hospital de Caracas. Esperan que sus hijos continúen con vida al amanecer. Pero ese encuentro de dos seres tan disímiles como Antonieta y Benigno, aparentemente producto de la casualidad, no es fortuito. Un secreto se oculta detrás de esa falsa coincidencia: Antonieta es la madre de Odulio, el muchacho que disparó a Elisa (la hija de Benigno). Benigno es el hombre que por venganza mandó a dispararle a Odulio.
Odulio morirá y Benigno se sentirá mal al ver a Antonieta llorando, sin ánimos, desgarrada emocionalmente y sin poder decirle una palabra de su responsabilidad por la muerte de su hijo.
Elisa vivirá y dos años después Benigno le confesará la verdad que es dura para ella, por ser defensora de los Derechos Humanos y estudiante de Derecho.

D.- Palabras que identifican la película: valor, odio, venganza, amor, redención, violencia, urbe, derechos humanos.

E.- El discurso del filme venezolano El Enemigo analizado desde los valores.
E.1.- Un punto de partida.
Si a un film se le exige dos cualidades: comprensión (claridad del argumento) y verosimilitud (hacer creíble) ¿cómo es posible que surja la identificación con una realidad creada? Para Quintero (2008) este fenómeno sociológico y psicológico demanda el interés del espectador además de hacer suyo el problema de los personajes.
Dicha identificación opera desde la imagen y la narración. Esta última, consecuencia de la primera (Delleuze, 1985) puede hacer que el espectador decida, o no, si se siente identificado. Más, si se trata de la muerte y el estado de gravedad.
Valdría preguntarse ¿hasta qué punto lo que se está haciendo creíble no es más que una aproximación a algo que pueda, o no, existir? Es decir, si aquello con lo que probablemente se está identificando el espectador pueda o no ser creído con fidelidad. Se sabe que en el caso de las películas de ficción existe un mundo recreado, lo cual pone en duda la posibilidad de dicho espectador de estar dentro de éste. Ahora bien, en el caso del drama se puede despojar de él mismo, al punto de preocuparse más por el otro. Pero, ¿si ese otro noel_enemigo_1 es más que una representación, en cuánto se puede abandonar la mismidad?
El espectador ante la obra, dice Ricoeur (2001), puede llegar a la apropiación, esto es la comprensión de la obra por la distancia. Si admitimos del todo la identificación, entonces no es posible esa distancia. De por medio está el juego emocional, esa especie de uso de máscara ajena que de algún modo simula una especie de catarsis, no al modo de purificación como pensaba Aristóteles sino de masaje psicológico. Luego del uso de aquella máscara (cuando termina la película), el estado de fascinación cesa. Es allí cuando empieza la tarea del lector fílmico de desentrañar la referencia de aquel texto derivado de imágenes. Entra en juego la interpretación. Si se adopta el término mundo de texto (siguiendo a Ricoeur, ob. cit.), se estará ante un ejercicio hermenéutico, no sólo de la obra sino del cineasta. De cierto modo, una aproximación a las inclinaciones temáticas del cineasta.
Entre la imagen y el espectador se rompe toda frontera de cultura, sexo y condición social. Con el contacto visual y sonoro aquel espectador llega a formar parte de aquello que ve, más aún si se ha establecido una empatía y/o simpatía con un personaje específico. Sea Elisa, Antonieta, Odulio o Benigno.

E.2.- El enemigo desde el discurso de los valores.
Se puede estar ante un discurso (texto fílmico) del cual se desprende una apropiación de parte del espectador como un potencial aprendiz quien puede llegar a comprenderse a sí mismo y a revisar sus acciones frente a lo que está viendo en la pantalla. Esto significa que aquel texto tiene una proposición de mundo que se desarrolla y es captado por un intérprete (yo) frente a la propuesta de ese mundo que no le es ajeno. La violencia no es un fenómeno extraño ni ajeno a la realidad venezolana y latinoamericana. Por esta vía, ya, se logra una primera identificación. No solo el dolor y el sufrimiento unen. Hay conexión con los personajes. Es aquí cuando el espectador puede llegar a preguntarse ¿de estar en la situación de Benigno Robles haría lo mismo? Por definición se trata de un “dilema ético”. Este planteamiento es solo una de las aristas entre la referencia del discurso y el espectador. Parafraseando a Ricoeur (2001) se está ante significados que se muestran a partir de imágenes con movimiento y sonido. El enemigo puede prestarse a múltiples interpretaciones por parte del espectador (dependiendo la cultura y las experiencias de éste), puede ser descontextualizado y recontextualizado a otras situaciones y actores.
Una de las interpretaciones está fundada desde la óptica de los valores. Al estar en entredicho la vida de los jóvenes Elisa y Odulio, se aprecia cuánto la ciencia está haciendo por conservarlas. La concepción de los progenitores, si bien, puede diferenciarse en el sentido del respeto por la misma (la vida), coinciden en que “vale por tratarse de sus hijos”. Pero, ¿vale más la vida de la hija de Benigno que la del hijo de Antonieta? Las dos vidas valen por sí mismas solo que a este precepto se le incorpora la negación a partir del dolor y sufrimiento humano. Se está imprimiendo al valor de la vida, que es objetivo, la preferencia individual (subjetividad). Entonces, la vida está condicionada a los deseos del otro.
He aquí uno de los aspectos que lleva a la hermenéutica del sujeto presentada por Foucault (2001). La acción del padre de Elisa es un discurso contrario a lo que ha profesado como fiscal y como padre. Alejado de cualquier connotación de cambio. Se trata de un modo de vida egoísta, manifestado en un momento de dolor, el cual no llega a mejorar ni con palabras ni con actos. En este sentido, se está ante una negación al bios (cambio del modo de vida). Entra en tensión la dimensión pública y la dimensión privada. Aún cuando está envestido en la figura de autoridad de fiscal no es capaz de gobernarse a sí mismo. Al contrario de esto, abusa de la figura de la cual está envestido y se comporta como el ciudadano que no debe ser.
El texto de acción (correspondencia entre el actuar y el decir) de Benigno no aparece en la esfera privada ni pública. Como fiscal no ajusta los deberes y exigencias societales como sujeto moral (discurso parrhesico, siguiendo Foucault, ob.cit) a lo que dice y hace.
Benigno pudiera llegar a ser tan real como cualquiera de los espectadores. Benigno se extrae del discurso fílmico para comprender el mensaje que subyace: los valores. En la medida que Benigno reconoce la existencia del otro (Odulio, su enemigo) no solo vive sino que existe (Cruz, s.f, p. 83). Aunque los personajes carlos-cruz-y-lourdes-valera-enemigosean productos de la imaginación del guionista, pudieran ser réplicas del contexto venezolano, y quizás latinoamericano. En consecuencia, es un imaginario que no sólo le pertenece a una comunidad ni a un país, sino que supera fronteras de nacionalidad y se interna en lo humano.
Ahora bien, ubicarse como espectador es ser juez del hecho que llega a las fronteras de la moral. Sin intentar señalar juicios de valor se detallarán algunos aspectos contentivos en la Teoría de los valores:
De acuerdo a lo señalado por Ferrater (1994) la polaridad de los valores se presenta desde un aspecto positivo y negativo. Ya en líneas anteriores se había señalado la vida desde la connotación de los padres de Elisa y Odulio. Aquí lo importante no es tanto la indicación del opuesto sino cómo en medio de esa tensión vida-muerte, Benigno llega tardíamente a la reflexión cuando conoce la historia de la madre de Odulio. La inminente muerte de este último genera un arrepentimiento, una especie de juicio a sus propias acciones. Entra en juego cuánto de la racionalidad del fiscal- padre está acomodada a la capacidad de raciocinio y cómo las emociones empañan la razón dando como resultado un producto dañino a la sociedad.
Benigno traspasa la decisión del término vida a una entidad individual que lo presenta como un violador a las leyes, aún siendo un defensor de las mismas (según las atribuciones que le concede el Estado en el caso de Venezuela). Emerge una doble moral y a su vez un doble discurso. A pesar que esta decisión se desarrolla en un contexto donde legalmente se defiende la vida, se está ante una situación de violación de un derecho. Más exactamente de uno de los Derechos Humanos, y estos entendidos como “… un conjunto de principios, de aceptación universal, reconocidos constitucionalmente y garantizados jurídicamente, orientados a asegurar al ser humano su dignidad como persona, en su dimensión individual, social, material y espiritual” (Programa Liderazgo para la Transformación, 2008).
En Venezuela la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999) consagra en su artículo 43 el derecho a la vida y la prohibición de la pena de muerte:
“El derecho a la vida es inviolable. Ninguna ley podrá establecer la pena de muerte, ni autoridad alguna aplicarla. El Estado protegerá la vida de las personas que se encuentran privadas de su libertad, prestando el servicio militar o civil, o sometidas a su autoridad en cualquier otra forma”
La acción de Benigno puede ser leída desde una connotación legal y religiosa. En todo caso, interesa resaltar el concepto de la vida como valor, para ello se parte de una de las reflexiones que presenta Polaino (2008) “Toda persona vale por el hecho de ser persona”. La vida vale porque es una forma de ser, una connotación ontológica. Entonces, esto lleva a plantear las siguientes interrogantes: ¿acaso la decisión de Benigno de pagar a otro por la muerte de Odulio, más allá de indicar superficialmente egoísmo como primera lectura, está indicando un problema mayor? ¿Ese problema mayor será la negación de Odulio como persona?
La vida como valor subyace en otro de los mensajes del discurso de Benigno: el valor de la vida. Siguiendo a Ferrater (ob. cit.): el ser Valente. El valor de la vida es intemporal, su forma de realidad no es el ser ideal ni el ser real, sino el ser valioso. Benigno valora a Odulio por una cantidad monetaria de acuerdo a términos de mercado como si se tratara de una mercancía. Esto es una visión subjetiva del valor vida. Cuando en realidad cualquier valor es independiente de las preferencias individuales. Si la vida es un valor, entonces es autónoma de toda estimación subjetiva. Esto es la objetividad el valor, para Ferrater (ob. cit.).
Luego de la acción de Benigno de pagar por la muerte de Odulio, aparece implícito el arrepentimiento, la necesidad de perdón, como una reivindicación. En esta compleja situación entra el respeto por el otro. Surge (en mínimo grado) la consideración a la dignidad de Odulio, traducido esto desde el arrepentimiento por la acción realizada y en resaltar la dimensión temporal del ser humano desde la ética. De acuerdo a los señalamientos del XV Congreso Interamericano de filosofía (2004), dicha connotación apunta al saber vivir sin perder el tiempo.
Al equilibrar las acciones de Benigno y Odulio ambos pierden el tiempo en medir fuerzas desde la violencia. Claramente esto lo manifiesta Elisa con una frase: “cuando actúas como el enemigo eres el enemigo”. Esta frase viene a dimensionar la importancia de no responder con violencia ante la violencia, sino de apostar por la redención, el perdón. Elisa nos conduce a la esencia de los valores: la cualidad pura y su expresión como predicación del ser (dos características más, extraídas de la teoría de valores). Dicho de otra manera: el hombre vive la vida, es respetuoso por la vida. La vida no se respeta poco, más o menos, o mucho, simplemente se respeta como expresión de la misma vida y no como valor absoluto o relativo.
Elisa es quien nos da una idea clara de la importancia de la jerarquía de valores (otra característica señalada por Ferrater, ob. cit.). Para ella la vida es un derecho prioritario. Así lo asoma durante una intervención en una clase en la universidad donde estudia. Una jerarquía de valores significa que los mismos no son indiferentes en sus relaciones mutuas, ni tampoco en su polaridad. Pero, Odulio también tiene su propia jerarquía de valores, la cual es invertida y contrapuesta a la de Elisa.

E.3.- La dialéctica sistémica de los valores en El Enemigo
Siguiendo los señalamientos anteriores pudiera esbozarse el siguiente esquema de valores y anti valores en El Enemigo:imagenelenemig

Este esquema representa una visión dialéctica sistémica, del valor perdón y el anti valor venganza (violencia), condicionados por las relaciones dialécticas de otro grupo de valores y anti valores en un contexto cualquiera de una urbe venezolana o latinoamericana.
De los valores como tesis y los anti valores como antítesis se produce una síntesis que es, en definitiva, la reflexión de una sociedad plural donde es necesario vivir y predicar los valores denominados positivos (estén consagrados como derechos o no).
En El Enemigo, Antonieta es el personaje contrafigura de Benigno. Una perfecta dialéctica de valores. Si Antonieta es el amor, sin condición, sin importar lo que era su hijo. Benigno representa la mayor expresión del odio hacia una persona, aunque se produzca en él ese arrepentimiento, implícito, tardío. Otra de las expresiones de odio está representado en el lenguaje de la madre de Elisa (representado por la actriz Elba Escobar) quien en ningún momento deja de proferir sus peores deseos a quien disparó a su hija. Pero, al mismo tiempo es la mayor fuente de amor hacia Elisa. Elisa es la representación más ideal de respeto, honestidad y responsabilidad. En contraposición aparece su padre Benigno como irrespetuoso de la vida y deshonesto e irresponsable en su cargo como fiscal.

Conclusiones
«¢ Analizar “El Enemigo” desde la dimensión de los valores implica hacer un análisis desde las características de los mismos (objetividad, polaridad, jerarquía, cualidad pura, la no independencia y el valer), más que de las preferencias o subjetividades respecto al valor. De modo que, por ejemplo, el perdón: a) se presenta en dicotomía a la venganza, b) está dentro de una jerarquía de valores de la persona y/o sociedad, no dependiendo de las estimaciones subjetivas. Simplemente existe jerarquía porque el contexto, de alguna manera, ha condicionado a esa jerarquía, y c) el perdón vale por el hecho de ser valioso y no por ser un ideal.
«¢ Benigno, Antonieta, Elisa, Odulio son personajes de ficción que pudieran llegar a ser tan reales como cualquiera de los espectadores. Aunque los personajes sean productos de la imaginación del guionista, pudieran ser réplicas del contexto venezolano, y quizás latinoamericano.
«¢ En la medida que Benigno reconoce la existencia del otro (Odulio, su enemigo) no solo vive sino que existe.
«¢ La polaridad de los valores se presenta desde un aspecto positivo y negativo.
«¢ Los anti valores muerte, venganza, irresponsabilidad, deshonestidad, irrespeto y odio son presentados como la antítesis de los valores vida, perdón, responsabilidad, honestidad, respeto y amor. La síntesis de este proceso dialéctico en definitiva es una sociedad muy pluralista, donde lamentablemente, se trata de dar una interpretación individual y subjetiva a cada valor. No siendo esta la esencia del valor.
«¢ “Cuando actúas como el enemigo eres el enemigo”. Esta frase viene a dimensionar la importancia de no responder con violencia ante la violencia, sino de apostar por la redención, el perdón. Lamentablemente en el filme el fiscal Robles no es condenado por su crimen. No basta arrepentirse sino que las leyes deben funcionar. En el filme de Lamata parece no haber leyes ni mucho menos un marco jurídico.
«¢ Este estudio servirá de referente a nuevas investigaciones de corte racionalista relacionadas con el Cine y Los Valores.

Reflexión Final

El espectador si es capaz de hacer un análisis de la película desde los valores. No solamente queda reducido a este estudio racionalista. Existe una relación entre el cine y los valores. Existe la posibilidad de utilizar el cine para el desarrollo y la potenciación de determinados valores, que podrían considerar como positivos para la sociedad en general y el individuo en particular: la vida, el respeto, la paz, la responsabilidad…
“El cine refleja las grandezas y miserias de la sociedad, sus personajes y situaciones. De ahí que una cuidada selección de películas por parte de los ciudadanos (espectadores) pueda ser útil para formar diferentes conductas y situaciones problemáticas, de forma que sirva para la reflexión a partir de su visionado y posterior discusión” (Cabrero, 2003)

Referencias
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«¢ XV CONGRESO INTERAMERICANO DE FILOSOFIA. Pontifica Universidad Católica del Perú. Lima, 14 al 16 de enero del 2004. Disponible (on line): http://www.pucp.edu.pe/eventos/congresos/filosofia/programa_general/jueves/sesion16.45-18.15/CastilloGenara.pdf

Sobre el Autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.