La película inicia con un animado e intertextos de imágenes de diferentes mundiales. Una manera de resumir muchos años de historia del fútbol y de situar al espectador en una realidad: Venezuela. A continuación, presenta la evolución del equipo de la Vinotinto desde 2003 hasta el presente, valiéndose de una edición cronológica que utiliza títulos en pantalla. Cierra el filme, nuevamente, con un animado. Esta es una apretada síntesis de “Vinotinto, la película” el largometraje dirigido por Miguel New, donde destacan tres aspectos fundamentales: el apoyo de los fanáticos, el trabajo que realizó Richard Páez como Director Técnico y la postura del cineasta ante los medios de comunicación y la Federación Venezolana de Fútbol.
El apoyo de los fanáticos se ve recreado en mujeres, hombres y niños, de diferentes regiones del país: andinos, maracuchos, caraqueños. Esa diversidad regional se ve plasmada en los “modismos” y “acentos”, aportando siempre un toque humorístico, que hace contrapeso a la minuciosa información proporcionada a lo largo del largometraje.
Vinotinto la película, no es una historia sobre la estrategia y el entrenamiento de la selección criolla de fútbol, esa no es su temática. Lo que expone la película como texto puede resumirse en una frase: “creer es poder”, más exactamente: “creer para ver”. Y no puede afirmarse que es una frase trivial, cuando hasta el mismo Dr. Lair Ribeiro considera que se trata de plantar un plan de éxito en el cerebro. Si el cerebro almacena desgracias, eso es lo que podrá verse en el mundo. Definitivamente Santo Tomás, estaba equivocado cuando decía que necesitaba ver para creer. Lo cierto es precisamente lo contrario. Son los artífices de esta manera de pensar Carlos Saúl Rodríguez, psicólogo de la Selección Nacional de Fútbol, Richard Páez y la fanaticada que no duda en colocarse una franela color vinotinto (y no aquella que usa una franela compartida con la mitad de los colores de la bandera del equipo de otro país).
La era Páez, como algunos la han denominado, no es subestimada en el documental. Al contrario, se muestra como éste siempre anima a los jugadores y les invita a seguir creyendo en ellos. No se trata de esperanza en el subdesarrollo. Se trata de visualizar y gerenciar. Es verdad que hace falta tradición futbolística, entrenamiento y técnica, pero antes hay que creer. Para muestra el éxito de Osmel Sousa en la Organización Miss Venezuela, empresa que fuera catalogada según un estudio del IESA, realizado por el fallecido Dr. Antonio Francés, como la empresa más exitosa del país, «un diamante». Páez es comparable con Sousa en la manera de creer en su equipo de trabajo y de defenderse de los comentarios de la prensa. El punto diferencial estriba en que Páez desisitió de su cargo mientras Sousa siempre sueña con nuevas reinas internacionales.
La postura del cineasta ante los medios de comunicación es presentada de manera explícita en el documental: “la mayoría de los medios no están en consonancia con los cambios que la sociedad requiere… están movidos por otros intereses…” Estas son, precisamente, las palabras que pueden generar reacciones favorables o adversas, pero son ante todo una lectura del cineasta. La película, además, presenta una postura crítica ante la Federación Venezolana de Fútbol. Nuevamente, otra lectura del cineasta sin timidez alguna y eso es válido para un artista.