La fotografía y sus caminos
En la Sala Gracián, que se abría por primera vez tras su remodelación y bajo un retrato del insigne filósofo y escritor que impartió clases en este antiguo colegio jesuita que hoy día es la sede de la Universidad de Enseñanza a Distancia de Calatayud, se ha desarrollado la XV edición del Taller de Fotografía con una notable asistencia en torno a los 60 participantes y con tres ponentes: José Verón Gormaz, Manuel Micheto y José Juan Verón Lassa, que han sido presentados por la Secretaria General de la UNED.
Hablar de Pepe Verón es innecesario pues sus actividades como fotógrafo, periodista y escritor le avalan como uno de los intelectuales más reconocidos de Aragón a la vez que Hijo Adoptivo de Calatayud, donde mantiene una intensa actividad cultural a través de diversas Instituciones. Su ponencia, que abría el Taller con título «El camino de las formas. Hacia la abstracción» nos ha introducido en la fotografía con vocación de lienzo que es capaz de componer la más inspirada abstracción pictórica desde elementos básicos como las circunstancias que se dan cita en un destartalado muro de cualquier calle. Verón ofrece una realidad que se abstrae de sí misma para aflorar como un destello de colores y formas. Con una proyección de sus fotos nos ha ido explicando con la sabiduría del viejo espectador de la vida, técnicas, impulsos, esperas, capturas, mensajes, visiones. Yo llevaba cierta ventaja porque tuve el honor de recibirle, tiempo atrás, en nuestro Espacio Adolfo Domínguez con una exposición en las que figuraron algunas de las fotos que hemos podido ver hoy, pero estas obras, como una buena pintura, se saborean más cuánto más se observan. En definitiva, una extraordinaria demostración de las infinitas posibilidades del arte de la fotografía en la mirada de un maestro.
La segunda ponencia, «El paisaje, expresión y proceso» corría a cargo del fotógrafo Manuel Micheto, médico de profesión, Presidente del Centro de Estudios Bilbilitanos y poseedor de innumerables premios y distinciones a la vez que autor de varios libros de fotografía. Con el telón de fondo de sus paisajes, Micheto hizo mención a la reglas fundamentales de la composición como la de los dos tercios y la secuencia aúrea para definir las formas de capturar la naturaleza y hacerla abarcable a través de una lente. Habló de la técnica del HDR como instrumento digital al servicio de la imagen para dejar al fotógrafo libre ante la composición estética y cromática de una naturaleza que permaneciendo en el lugar consigue sin embargo ofrecer distintas visiones bajo el dictado del tiempo. Las fotos que nos ha mostrado confieren nueva vida al paisaje, juegan con sus contornos y vuelan sobre el secano atroz que lucha con la estepa.
Tras un breve descanso, le tocaba el turno a José Juan Verón Lassa, periodista y profesor universitario que nos venía a hablar de un tema que conoce bien: «La fotografía como información: el reportaje«. La fotografía representa al mundo real siendo por tanto el mejor vehículo de información. El reportaje fotográfico se estructura en torno a las cinco preguntas del periodismo, las 5 W en inglés – ¿Qué? (What), ¿Quién? (Who), ¿Cómo? (How), ¿Cuándo? (When), ¿Donde? (Where)- y en base a ellas las fotografías informativas adquieren el papel de mensajero de la realidad. José Juan nos propuso un ejercicio práctico para realizar un reportaje. Tomando un archivo hemos ido seleccionando imágenes, descartando las innecesarias, tarea nada sencilla habida cuenta de las varias posibilidades que sugerían sus contenidos para al final conseguir un mensaje visual fácilmente comprensible.
Tres lecciones de tres profundos conocedores de la fotografía que han dejado el regusto a poco. Enhorabuena y gracias por la oportunidad de aprender.
Teníamos tiempo hasta las 5 y, para el que no lo sepa, la ciudad de Calatayud guarda un tesoro gastronómico; comida de antiguo recorrido y fama local: garbanzos con congrio. El congrio en salazón permite al guiso el sabor absoluto y en donde mejor ofrecen ese sabor es en el Mesón de la Dolores, de la red de hospederías de la DGA. Mis amigos Jesús, Juan Manuel y Javier traían las mismas ganas de este humilde plato de cuchara, otrora la única referencia marina para estas gentes del interior y la verdad es que no nos sentimos defraudados.
La buena planificación del taller había previsto tales contingencias digestivas y nos esperaban los Verón para invitarnos a un paseo fotográfico. Así pudimos recorrer rincones bilbilitanos alguno quizá desconocido para muchos. Santa María, San Andrés, la cuesta de Santa Ana con la judería, los castillos de Dª Martina, de origen prerromano y el de TorreMocha, el barranco que cobija a la Morería y el Arco de San Miguel. La Calatayud ancestral. Desde un mirador y con un día de luz dura por lo intensa, observamos la panorámica que tan bien se deja capturar y los cinco castillos que aún desafían a la ruina desde los secos redobles de los picos de las cigÁ¼eñas.