Viernes 20 de julio de 2012. El día después de que millares de personas salieran a la calle para manifestar su repulsa por las malas políticas de este gobierno inhumano que estamos sufriendo. El día después de que se anunciase, por fin, el cuasi-control de los incendios que han arrasado un par de miles de hectáreas en el sur de Tenerife (más vale tarde que nunca), excepto en una zona. A la hora que escribo este texto, el fuego todavía sigue haciendo estragos y de las suyas precisamente en la zona donde, según comunica un periódico local, “un grupo de fieles, acompañados del párroco de la localidad, sacaron anoche la imagen de la patrona del municipio, la Virgen de […], a la plaza del pueblo para ‘rogarle que intercediera’ por el incendio que azota desde el pasado lunes los montes del suroeste de Tenerife”. Hasta hay un vídeo publicado en Youtube.
O como decía una señora a la que entrevistaban: “… aquí estoy pidiéndole al Señor que el fuego no baje al pueblo”. ¡Ay! Si no llega a ser por la gente y los medios que se emplearon para impedirlo, no quiero ni contarlo.
Interceder ¿ante quién? La nota de prensa no lo aclara ¿Ante Dios? ¿Ante el presidente del Gobierno de Canarias o del Cabildo? ¿Ante los alcaldes de los distintos municipios?
De nuevo se repite este tipo de actos pertenecientes a una larga serie de antiguas supercherías y creencias basadas en un falso concepto de la fe de las que no tiene culpa el pueblo sencillo, sino más bien quien las difunde y las alimenta, que no es otro que el excolega de turno.
Me quedé atónito y perplejo porque se siguen agarrando a unas prácticas medievales. Bien es cierto que los que están en el poder actualmente (políticos y obispos) se han subido a la máquina del tiempo con un objetivo claro: arrastrar a la gente al pasado. Aquí el progreso de cualquier tipo y en cualquier forma hay que empobrecerlo, y que pase hambre para que se muera.
Lo verdaderamente cierto y triste es que el fuego sigue vivo y no, no es la Virgen quien lo va a apagar. El clero sigue desviando y haciendo desviar la mirada hacia el cielo o hacia esculturas inertes para que resuelvan los problemas de los humanos. En el caso que nos ocupa, adonde hay que dirigir las miradas y acometer acciones efectivas y prácticas es hacia el Gobierno de Canarias y el Cabildo de Tenerife. Es a los representantes de ambas instituciones a quienes hay que pedir responsabilidades para que esto no vuelva a suceder (una vez más). Por cierto, pregunto otra vez: ¿se sabe algo del pirómano-asesino de tamaña desgracia? ¿Se ha investigado algo? A la espera estamos.
Ahora es el momento de decirles, ya que por lo visto no se enteran, que los incendios se apagan o no adquieren grandes proporciones con unas medidas preventivas: limpiar los montes de hojarasca y pinocha en invierno, dando trabajo a la gente; aumentar el material contra incendios: hidroaviones, helicópteros y lo que haga falta. Todo esfuerzo económico es poco para salvaguardar nuestros montes, porque ni la Virgen ni Cristo ni otro santo, bajo la advocación que sea, nos van a salvar de la quema por mucho que los saquen a las plazas. Y ya puestos, los políticos podrían gastarse unas perras haciendo un gran homenaje a los bomberos y a todo el personal que se ha jugado la vida y ha luchado en todo momento para que el fuego se extinguiera completamente, que todavía se está en ello. Y si los excolegas quieren procesiones, que saquen a todos esos héroes.
¡Qué cansina manía de escudarse en lo falsamente religioso como forma de eludir los grandes problemas y no darles la solución apropiada!
P. D.: La foto de Rajoy detrás del Apóstol Santiago lo dice todo. ¡¡Así nos va!!