No hay escuelas ni academias para hacerse escritor, como tampoco las hay para hacerse filósofo o poeta; tampoco para hacerse padre o madre, en toda la extensión que abarcan tan grandes palabras; menos aún hermano, y por igual motivo. Pero volvamos al titular, puesto que explicarlo ya tiene trabajo. Y si aquí es difícil explicarlo, ya veremos cuando me enfrente a más de cincuenta niños de nueve años, en un colegio en que me han invitado para que les hable, sobre el ser y sentir y cómo se hace uno escritor… no sabré ni como empezar, puesto que las preguntas de los niños son de abrigo y muy difíciles de responder para que te entiendan lo que quieres decirles. Pero debo decir que no es la primera vez que me enfrento a tan «temible audiencia».
Pienso que se nace ya siéndolo, puesto que desde niño empiezas a ver el mundo en que has de vivir y desde temprana época, no comprendes lo que te va surgiendo en el largo camino que has emprendido; muchas preguntas sin respuesta, muchos tabúes, muchas injusticias, muchas fatigas y dolores, no físicos precisamente (aunque también) te obligan a pensar, luego a meditar y un día, empiezas a escribir… no para convencer a nadie, sino para simplemente contestarte a ti mismo.
Luego va pasando el tiempo; mucho tiempo y si te decides a airear algo de lo escrito y si logras que te lo publiquen, cosa dificilísima en un arte tan poco valorado; es entonces cuando, si lo que escribes tiene contenido, se fijarán algunos en ello y lo primero que se preguntarán, es… ¿quién es este? Y ello más que con sano interés, saber tus orígenes, tu cuna, tus estudios, tu situación social y económica… puesto que la masa, no perdona ni acepta en principio; el que uno más de la misma… «se eleve de buenas a primeras»; posiblemente por cuanto la mezquindad humana es así.
Si tus escritos tienen continuidad, cosa aún mucho más difícil en los denominados medios de comunicación… y trascurrido mucho tiempo; entonces algunos te pueden decir, escritor, filósofo e incluso poeta. Pensar en editar un libro de pensamiento libre, eso es trabajo de dioses… no se consigue, salvo que tengas el dinero para tú pagártelo y aún así, si lo logras vendrá la otra gran dificultad; o sea el venderlo o que te lo venda una red de ventas; puesto que las redes de ventas y en general, venden montones de papel impreso y lo que les interesa es «el papel que tiene mercado». ¿Libreros?… yo a lo largo de mi vida sólo he conocido uno; en general y por lo antes dicho, sólo hay «despachadores de papel impreso» y como cualquier mercader, lo que les interesa es el consumo masivo y si es de «eso» que se llama «betseller» (o cosa así) entonces se pirran por meterte el tocho por las narices, puesto que es lo que se lleva y la moda del momento. Es por lo que luego encuentras verdaderos libros, en las casetas de venta de libros de saldo, y que los puedes comprar por nada y menos… y son nada menos que las fuentes, donde «ha mamado esta opulenta sociedad que ahora se viene abajo»… precisamente por no haber tenido en cuenta lo que dicen esos libros, que contienen lo mejor de la cultura y las normas para una vida mucho mejor y más sana.
El escritor, desde luego no es el que escribe para el consumo o para la moda y aprovechando la circunstancia; el escritor verdadero, como el poeta y como el filósofo, siempre irán contra corriente de la riada humana y es claro, es la masa la que no los acepta, pues siempre le están dando… lo que hoy se dice… «el coñazo».
En cuanto a ganar un premio de relieve en cualquier certamen; ya lo dijo Cerbantes (firmaba con b) en sus obras. Recordemos que muere en la miseria e ignorado por todos… su fama viene un siglo después y gracias a una dama de la nobleza inglesa.
Los premios «literarios» (pienso) que ya están concedidos antes aún de ser votados; y pruebas y escándalos ha habido como para creer que ello abunda muchísimo; es por lo que jamás compro ningún libro de concurso… salvo excepciones e informes fidedignos de que pueda tener contenido digno de ser examinado; estoy harto de comprar libros y tener que dejarlos antes de llegar a la página cuarenta; tope máximo que me impongo, puesto que si un libro no te ha dicho nada hasta esa página… poco o nada te va a decir si lo lees hasta el final; aparte que leer a la fuerza es un tormento horrible; quizá por ello en España hay tan pocos lectores de verdaderos libros de contenido. Incluso personajes «importantes» puede que jamás leyeran un buen libro.
Sin embargo para ser escritor hay que seguir lo que dijo Albert Camus en una conferencia pronunciada en Uppsala y cuando le dieron el premio Nóbel (premio político y que igualmente tiene un destino prefijado cada año)… «La misión del escritor, del intelectual o del artista… es hablar por aquellos que no saben o pueden hacerlo»… Cosa esta que tiene que asumir aquel que quiera ser o ya se crea, escritor.