«Una buena vida es aquella en la que uno es capaz de realizar una parte de sus potencialidades. Me cuesta pensar que nuestra predisposición a la felicidad no tenga una utilidad, no sé si un sentido, en la evolución», dice el autor
La psicologÃa positiva es un movimiento nacido en Estados Unidos a finales de la década de los 90. Su paternidad se le atribuye al psicólogo Martin Seligman. Fue él quien en 1998, siendo presidente de la Asociación Americana de PsicologÃa, hizo una proclama señalando que la psicologÃa, igual que la medicina u otras áreas, deberÃa orientarse no sólo a intentar paliar lo negativo o a disminuir el sufrimiento humano, sino también a promover el bienestar. En España rápidamente surgieron adeptos a la psicologÃa positiva. Quizá el mayor de ellos es el catedrático Carmelo Vázquez.
Este movimiento afectó a varias áreas de la PsicologÃa para promover la investigación de las fortalezas y aspectos positivos del ser humano. Bajo el nombre de PsicologÃa Positiva se está vertebrando una aproximación a la investigación psicológica en la que el foco es la integración del estudio de las fortalezas humanas, las emociones positivas y, en último término, el bienestar. En este nuevo impulso figuran economistas, filósofos, investigadores sociales y de la medicina, agrupando esfuerzos hasta ahora dispersos y carentes de una estructura teórica.
Esta empresa podrÃa parecer utópica o lastrada por valores morales o filosóficos pero hay un obstinado interés por anclarla en el dominio de la investigación más rigurosa pues se trata de que podamos ofrecer respuesta a algo tan central en nuestras existencias: qué tenemos de bueno y cómo podemos usar esos dones para construir buenas vidas y hacer un mundo mejor.
J. C. Gª Fajardo