Sociopolítica

Enfoques cooperativos,Hoy: “El accionar del Cooperativismo del Siglo XXI signará una época de redención humana.”

Por José Yorg, el cooperario

                                    Los  grandes pensadores de la cooperación de los siglos XIX y XX nos han legado inmensas enseñanzas, teorías y reflexiones verdaderamente formidables, y han guiado el accionar cooperativo en escenarios diferentes a los que hoy enfrentamos, aquí en este punto es cuando debemos enfrentar esta realidad y emprender la construcción del Cooperativismo del Siglo XXI.

El accionar del Cooperativismo del Siglo XXI signará una época de redención humana toda vez que posee los atributos doctrinales, teóricos y metodológicos suficientes para ello, claro que tal accionar será realidad si el Movimiento Cooperativo supera sus limitantes que la paralizan.

Recurro nuevamente a los magníficos conceptos de Osvaldo A. González Salinas para graficar con certeza la actitud cooperaria imprescindible del siglo XXI: “Sucede con el Cooperativismo, lo que en los primeros años del Cristianismo: La doctrina solo se difundía entre los iniciados, en las catacumbas. No se animaban a salir a propagar la nueva fe los cristianos por temor a los poderosos intereses que se opondrían y de ese modo se limitaba voluntariamente en Cristianismo.”

La gigantesca calamidad humana que toda la actual civilización enfrenta es definitiva, o nos encaminamos hacia un nuevo paradigma de producción y distribución equitativa o entraremos en la era de peligro de extinción de la especie humana.

Si esta verdad a la vista es asumida con el requerimiento y urgencia que reclama, el cooperativismo debe “salir de las catacumbas” como bien nos reclama González Salinas, pues los fundamentos cooperativos deben seguir evolucionando con el aporte de la metodología apropiada- inexistente en la era fundacional- que la llevaran a expresar toda su potencialidad que aun lleva en su interior.

“Sin pretender colocar en un plano de igualdad histórica, entre cristianismo y cooperativismo, ni mucho menos, filosófica, ambos hechos, diríamos que es hora de que el Cooperativismo salga de las catacumbas y se lance a la calle, porque tiene la suficiente madures como para disputarla y la necesaria solidez filosófica como para ofrecerse como alternativa viable”. (Osvaldo A. González Salinas)

Es lo que venimos insistiendo, el cooperativismo debe realizar una ruptura episódica y avanzar para su desarrollo pleno a su etapa del siglo XXI.

Con modestia pero con firmeza reclamo analizar el destino del cooperativismo en correlación a otros postulados filosóficos y científicos que tienen como finalidad el mejoramiento humano, y que en ese sentido nos percataremos-sin dudas- que el cooperativismo no alcanzó aun el desarrollo científico que encierra sus grandes verdades.

Huelga señalar los gigantescos avances científicos-tecnológicos que han conmovido toda la existencia en nuestro mundo, sin embargo y vergonzosamente esos adelantos no han significado mejor bienestar, todo lo contrario, son atentatorios a la existencia de la especie humana.

Corregir esos males sociales devenidos de un esquema que profundiza y eterniza injusticia requiere antes que nada de un planteamiento teórico certero que ilustre convenientemente las soluciones más racionales y que todos entendamos como justas e imprescindibles.

Es que la propia realidad cotidiana en que se desenvuelven las cooperativas en todo el universo con sus peculiaridades locales encaran realidades que claman nuevas teorizaciones, a decir verdad, continuidad y crecimiento teórico que orienten con certeza su accionar solidario y redentor.

Las aportaciones que exige la construcción del Cooperativismo del Siglo XXI estarán en perfecta sintonía por las necesidades de la práctica cooperativa que se encuentra trabada, y digo “trabada”,”demorada”,reclamante de aportaciones de inteligencia, estudio y reflexión para liberar su interior potencial, no aludo en modo alguno a obsolescencia, sin dudas.

Alguien pudiera aludir al éxito económico-financiero alcanzado por diversas cooperativas aquí y allá, pero eso es más de lo mismo, más allá de lo destacable, es decir, se estableció claramente en los tiempos fundacionales que el cooperativismo es mucho más que una forma de organizar la producción de bienes y servicios, es antes que nada una nueva forma de organizar la sociedad para hacer la vida digna de la especie humana.

Entonces, como bien nos alecciona Paul Lambert, “ciencia y doctrina no se contraponen, son complementarias”, he allí la esencia del accionar del Cooperativismo del Siglo XXI que signará una época de redención humana.

¡En la fraternidad, un abrazo cooperativo!

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.