Cultura

Berlín y sus teatros (XIII): TribÁ¼ne

Nuevo escándalo cultural en Berlín Occidental: Wowereit cierra el teatro TribÁ¼ne al retirarle las subvenciones.

El teatro privado más antiguo de Berlín, La Tribuna, se ha visto condenado al cierre en vísperas de su 90 aniversario.

El pasado verano, el jurado encargado por el departamento de asuntos culturales del Senado de Berlín, que decide sobre la adjudicación de las subvenciones básicas para los años 2009-2010, propuso la supresión de las mismas para el teatro La Tribuna, de acuerdo con lo cual el Senado ya no apoyará económicamente al teatro. Todas las intensas gestiones para garantizar la continuidad del teatro privado de larga tradición han fracasado a causa de la situación general de la economía, de modo que el 31 de diciembre tendrá lugar la última representación en esta sala. Nuevamente se acaba con otro trocito del antiguo Berlín, lo que responde, sin duda, al afán del nefasto alcalde gobernador Klaus Wowereit de hundir la cultura y las infraestructuras en Berlín Occidental.

El equipo del teatro considera esta decisión una deficiente valoración de la evolución de los últimos años. Tras la salida de Ingrid Keller y Rainer Behrend, que dirigieron el teatro durante muchos años, la sala tuvo que afrontar dos tipos de comienzos nuevos: uno que afectaba al personal y otro de tipo conceptual y de contenidos, ya que el dictamen emitido por el jurado en 2005 ya había negado a la Tribuna su subvencionabilidad (cuando previamente el mismo jurado había propuesto un incremento de las ayudas).

Tras el fracaso consecutivo de dos directores artísticos, el teatro había demostrado recientemente que sí es posible dirigir esta nave del teatro Tribuna. Pero también quedó patente que los dos anteriores puntos de partida en lo artístico y en contenidos no podían tener éxito en esta sala y habrían llevado a la catástrofe financiera de haber continuado.

En 2007 se logró parar la debacle financiera durante el primer semestre mediante una programación atractiva, como por ejemplo con la opereta charlottemburguense «Saure Nierchen» (riñoncitos en escabeche), el recital de Lutz GÁ¶rner de obras de Gernhardt y el musical de Weber titulado «Bleib noch bis zum Sonntag» (Quédate hasta el domingo), calificadas muy positivamente por los miembros del jurado y los críticos Ute BÁ¼sing y Gerd Hartmann. En 2007 también se había logrado ahorrar 218.000 euros de subvenciones anuladas e incluso generar un pequeño superávit. Durante el año se realizaron 189 funciones y 28 programaciones diferentes, incrementando la ocupación en un 20%.

La producción «Irma La Douce» (aclamada también por el miembro del jurado y crítico Gerd Hartmann) es otro ejemplo de lo que sí puede funcionar en esta sala y que proporciona una mayor aceptación por parte incluso de nuevos segmentos de público.

Es especialmente lamentable y resulta incomprensible que el jurado no tenga ahora en cuenta para nada su análisis de la reciente evolución de la Tribuna que había transmitido en las conversaciones personales, ya que califica los nuevos planteamientos conceptuales como no merecedores de subvenciones.

Precisamente este análisis demuestra que el planteamiento conceptual de querer continuar la tradición de la Tribuna como teatro político y de ampliar su oferta con entretenimiento de calidad constituyen perfectamente un camino que promete éxito. Y es concretamente la programación actual con el musical «Irma La Douce» y el debate de Christoph Klimkes sobre la política de «Eutanasia» durante el régimen nacionalsocialista que plantea su obra «TiergartenstraÁŸe 4» (Calle del Tiergarten Nº 4) la que demuestra que esta orientación conceptual puede funcionar muy bien.

Sobre la argumentación del jurado en relación a «TiergartenstraÁŸe 4» -que cuenta con el patrocinio del Secretario de Estado para Asuntos Culturales André Schmitz-, el equipo de teatro ha dado algunos detalles:

El jurado alega:

«El jurado no puede ver el nuevo comienzo marcado por el estreno de la obra de teatro «TiergartenstraÁŸe 4» -se trata del tercer intento en dos años-. Al parecer el teatro, que lucha por su supervivencia, con «Eutanasia» se sirve de un ‘tema populista’ que se sustrae al análisis crítico debido a la candencia del tema. Lo que causa más disgusto es que el texto y la puesta en escena quedan anclados en los años de 1950, tanto en contenido como formalmente.»

El equipo considera que de esta manera esta valoración desprecia el compromiso tan ambicioso, ya que es precisamente el propósito del teatro político enfrentarse a temáticas comprometidas. Además, en relación con ello nunca se había hablado de un nuevo comienzo. Ya en el verano de 2007 el teatro había encargado al autor Christoph Klimke que escribiera la obra, y este encargo se hizo con la intención de servirse de un tema de máxima actualidad, porque el autor se había ocupado durante un largo tiempo de este tema.

Es cierto que hubo algunas observaciones críticas, incluso críticas negativas, pero también buenas críticas. El público hizo un gran número de comentarios, todos ellos positivos y que se pueden leer parcialmente en el libro de visitas.

Al margen de todo lo anterior, poco después de finalizar la conferencia de prensa en la que el jurado hizo públicas sus valoraciones, llegó la invitación del Teatro de Brandemburgo para representar la obra como compañía invitada en enero de 2009. La noche anterior, la directora del memorial en Hadamar asistió a la función y manifestó su deseo de llevar la obra el 9 de noviembre de 2009 a Hadamar. Asimismo, se establecieron contactos con la Universidad de Giessen y otro memorial en Schwerin, que se están tramitando ahora. Con motivo de la inauguración de una placa conmemorativa en la calle TiergartenstraÁŸe consultó en julio de este año si la compañía estaría dispuesta para leer en público informes de víctimas y verdugos.

Finalmente, el teatro apunta que las direcciones del teatro nunca miran al futuro sin preocupaciones, a la ligera e ingenuamente y que con toda seguridad se muestran muy pocas veces del todo satisfechas con lo que han conseguido, ni mucho menos se duermen en los laureles. El teatro tiene que probar su valía cada vez de nuevo y está expuesto siempre a las fluctuaciones cíclicas, las cumbres y los baches. Después de un período crítico de año y medio resulta que desde hace medio año se registra un auge con tendencia al alza que no debe ser ahogado en sus inicios .

Se trata aquí también de un trozo de historia teatral de Berlín. En la Tribuna inició su camino en Berlín Fritz Kortner, en ella comenzó la joven Marlene Dietrich y actuaron las estrellas teatrales de los años de 1920. Hubo puestas en escena de Erwin Piscator y JÁ¼rgen Fehling, Victor de Kowa inauguró la Tribuna el 1 de junio de 1945 como primer teatro berlinés a sólo tres semanas desde el final de la guerra. En los años de 1950 volvieron a actuar en el escenario las estrellas del momento, EugÁ¨ne Ionesco y Ephraim Kishon escenificaron obras propias, durante años se podía ver a actores como Edith Hancke, Klaus Sonnenschein y Dagmar Biener, Rainer Behrend celebró grandes éxitos con sus revistas político-literarias que llegaron más allá de los límites de la ciudad.

No puede ni debe ser que no se dé ninguna nueva oportunidad a este teatro de alta tradición, porque la Tribuna celebra el año que viene su 90 aniversario como el teatro privado más antiguo de Berlín y el único teatro ligado localmente al distrito de Charlottemburgo.

Quien quiera apoyar al teatro y protestar contra su cierre puede escribir al Alcalde Gobernador de Berlín o participar en la recogida de firmas aquí en el teatro.

Historia

En septiembre de 1919, el aula del liceo de chicas construido en 1915 por la primera arquitecta independiente alemana Emilie Winckelmann en el Edificio Ottilie von Hansemann se convirtió en un teatro, La Tribuna. Fundado como escenario político, muy pronto se convirtió en un teatro con el repertorio habitual entre comedia y tragedia, entre experimento y formas clásicas del teatro. Así se ha mantenido el teatro hasta el día de hoy. Los contenidos y los aspectos artísticos conforman una programación que se enfrenta de forma crítica con el espíritu de los tiempos actuales, el Zeitgeist, y sus tendencias, enlazando lo cómico y lo trágico, contando historias sobre personas, historias que ofrecen al público puntos de contacto y posibilidades de identificación. Las escenificaciones a la vez entretenidas e incómodas convierten a la Tribuna en un teatro que se pone ante todo al servicio de la historia que se representa y las personas que la ponen en escena.

Finalmente, fueron Ingrid Keller y Rainer Behrend los que durante los últimos treinta años han marcado el perfil de la Tribuna. En 2006 se retiraron y traspasaron la dirección a Corinna y Thomas Trempnau, durante largos años colaboradores suyos. Su objetivo sigue siendo ofrecer una programación equilibrada con entretenimiento de calidad y la adaptación dramática ambiciosa de temas y materias políticos y sociales históricios y actuales. Las producciones actuales resaltan especialmente el espectro de los contenidos y las formas de teatro: «TiergartenstraÁŸe 4», de Christoph Klimke, escrito por encargo de la Tribuna, trata el tema de la «Eutanasia – La Política en la Alemania nacionalsocialista» (estreno mundial), el musical «Irma la Douce» y tras las vacaciones del teatro el musical de boxeo «Der Kampf des Jahrhunderts» (El Combate del Siglo) de James Lyons y Paul Brown (estreno el 4 de octubre de 2008). Además, en la Sala Azul se ofrece un programa multifacético compuesto por lecturas, monólogos y eventos musicales.

La Tribuna trabaja regularmente con una serie de autores, directores artísticos y compositores: Rainer Behrend, Paul Brown, Harald Clemen, Andreas Gergen, Lutz GÁ¶rner, Hannes Hametner, Christoph Klimke, Benjamin Knight, Annika Krump, James Lyons, Uschi Otten, Margareta Riefenthaler y los proyectos de teatro con jóvenes de la calle, Heide Simon, Lars Wernecke y otros.

La Tribuna agradece a la Secretaría de Estado para Asuntos Culturales por el apoyo económico con el que contribuye al sustento del teatro desde los años de 1970. Para 2007 y 2008 se concedieron respectivamente 600.000 euros de los fondos públicos para subvenciones básicas. Como se ha dicho al principio, en verano se decidió sobre la supresión de dichas ayudas. Los trabajadores de La Tribuna han realizado todos los esfuerzos posibles para demostrar que este teatro merecía la continuidad de las ayudas para lo cual pedían también la ayuda del público.

1919: La creación

La Tribuna es el teatro privado más antiguo de Berlín que fue cerado como escenario político-expresionista y que celebró su primer éxito con el estreno mundial de «La Metamorfosis» de Ernst Toller, con el joven Fritz Kortner en el papel principal. En su libreto inaugural, la dirección artística de este nuevo teatro presentó sus objetivos:


‘Entregamos esas realizacions con el ruego que nos concedan su interés, su acompañamiento personal en los sentimientos y su apoyo activo. La Tribuna creada por nosotros debe convertirse en un teatro de nueva cuña, en el que se intenta dar para el arte escénico con el estilo de expresión acorde con la conciencia cambiada del tiempo. En forma de una solución completamente nueva del problema del espacio escénico vemos la posibilidad de recondicir el placer del teatro a su verdadera razón de ser: Para la reflexión del oyente educado, para la transmisión directa y profunda de la obra poética, para la creación de un lugar de cultura de una comunidad pensante.’


El programa para los primeros meses se diseñó con el correspondiente compromiso: A parte de otros estrenos mundiales de obras contemporáneas, entre otras de Walter Hasenclever, Else Lasker-SchÁ¼ler y Stefan Zweig leyeron de sus obras y los dadaístas berlineses alrededor de George Grosz, John Heartfield, Wieland Herzfelde, Richard Huelsenbeck y Walter Mehring celebraron insultos al público muy aclamados.


Los años Veinte y Treinta: desde Eugen Robert hasta Rudolf Platte


Sin embargo, las ambiciones artísticas y políticas no se pudieron poner en práctica durante mucho tiempo por razones económicas. En el mismo mes de diciembre de 1919 se hizo cargo de La Tribuna un experto en teatro de entretenimiento, Eugen Robert, y a los «Escenarios de Robert» pertenecían más tarde también el Theater am KurfÁ¼rstendamm y el Café GrÁ¶ÁŸenwahn (Café Aires de Grandeza). Robert dirigió el teatro hasta 1933, cuando tuvo que huir a Londres. A parte del teatro de entretenimiento, durante los años de 1920 también escenificaban en el teatro Erwin Piscator y JÁ¼rgen Fehling, entre otros con Heinrich George y la joven Marlene Dietrich.


A mediados de los años treinta la Tribuna estuvo durante una temporada bajo la dirección de Rudolf Platte, a continuación y hasta el final de la Segunda Guerra Mundial el teatro fue utilizado por la Escuela de Artes Escénicas del Teatro Alemán.



Después de la guerra: Viktor de Kowa y Frank Lothar


El 1 de junio de 1945, la Tribuna fue el primer teatro berlinés que se inauguró tras la guerra bajo la dirección de Victor de Kowa: Con su programación de arte pequeño en la Conférence de Hildegard Knef. Cinco años más tarde, Kowa mantuvo la fidelidad de su público con teatro literario y teatro de bulevar muy logrado. De 1950 a 1972, Frank Lothar seguía con este acto de balanceo entre entretenimiento comercial y literatura exigente.


Después de pasar por dificultades artísticas y, por consiguiente, económicas, Frank Lothar tuvo que abandonar en 1972. Su puesto fue asumido entonces por Horst A. Hass, Hugo Affolter y Klaus Sonnenschein.


El equipo directivo lo integraban entonces también Ingrid Keller y Rainer Behrend, que entraron en 1978 junto a Klaus Sonnenschein en la dirección y continuaron con la misma tras la salida del último en 1997 hasta el año 2006.



Teatro Popular Berlinés con Edith Hancke y Klaus Sonnenschein


A principios de 1972, después de veintidos años bajo la dirección de Frank Lothar, hubo que elaborarse un nuevo planteamiento conceptual para la programación. Los teatros berlineses en parte bien subvencionados ofrecían casi de todo, desde el teatro de bulevar de entretenimiento y teatro popular hasta obras contemporáneas y clásicas.


Dado que la dirección de la Tribuna pudo componer una compañía, cuyos actores aportaban una formación de canto y algunos incluso dominaban instrumentos musicales, se pudo hacer realidad la idea de un pequeño teatro dramático musical. Esta idea tuvo ya éxito con su primer musical: «Wonderful Chicago» de Heinz Wunderlich fue el primer gran éxito mediático y de público. Posteriormente, las puestas en escena con la actriz popular berlinesa Edith Hancke tuvieron éxitos especialmente sonados, y ella recibió varias veces premios del público por sus papeles que representó en La Tribuna, com o por ejemplo «El Telón Dorado» y otros. En estos éxitos de público, su esposo Klaus Sonnenschein era el director artístico, que muchas veces hacía también de compañero masculino en el escenario. Obras representativas de las muchas producciones con ambos actores eran «Das Fenster zum Flur» (La Ventana hacia el pasillo) y «Mutter GrÁ¤bert macht Theater» (Madre GrÁ¤bert hace teatro) de Curth Flatow.




Las revistas político-literarias de Rainer Behrend


En contraposición al teatro popular se ha desarrollado una programación que trata materias literarias exigentes y revistas cabaretístic-literarias. La primera obra de esta serie fue kam «Revolución-Rrreacción» con canciones y textos de Adolf Glassbrenner (un importante autor político-satírico de principios del siglo XIX), una obra de historia contemporánea a partir de 1848, a continuación de presentó la «Revista del Emperador Guillermo», un espectáculo sobre el último emperador alemán.


Con motivo del festival de teatro Festwochen de 1977, Rainer Behrend volvió a sacar del baúl las canciones satíricas y canciones populares del poeta berlinés Walter Mehring: «Walter Mehrings Lumpenbrevier» (Breviario de Chorizos de Walter Mehring). Con motivo de esta revista con canciones de la República de Weimar (primera república alemana), el poeta gravemente enfermo que vivía entonces en Zurich visitó nuevamente su ciudad natal y La Tribuna. Por la historia musical «Los Poetas Quemados» (escenas, canciones y poemas desde el exilio de 1933-1945), Rainer Behrend recibió en 1978 el Premio de los Críticos. Otras producciones que tuvieron un éxito destacado fueron «Immer’n biÁŸken zurÁ¼ck zu det alte UntertanenjlÁ¼ck!» (Siempre n’poquito p’atrás a esa antigua felicidad de súbdito), una obra que trataba la revolución de 1848 en 1987), «No te ablandes ahora» (canciones y poemas sobre el amor de Bertolt Brecht, 1990) o la revista de Heinrich Heine «Alemania – Un cuento de invierno» (1998).

En la actualidad


Durante los últimos diez años, un cierto número de directores artísticos han podido festejar en La Tribuna grandes éxitos. El último de ellos ha sido Folke Braband con la obra previa a la película titulada «Ganz oder gar nicht» (Del todo o en absoluto): «Ladies Night“ (que en seis años se había incluido más de 300 veces en la programación), Bernd Mottl con el clásico de culto «Harold & Maude», así como Andreas Gergen y Gerald Michel con sus musicales «Non(n)sens» y «Piaf«.


Tras su despedida de Ingrid Keller y Rainer Behrend, que habían sido los directores generales del teatro durante muchos años, y una fase transitoria con el director artístico Helmut Palitsch, recientemente fallecido, en el futuro La Tribuna tenía previsto colaborar con un elenco disponible de profesionales del teatro: Rainer Behrend, Paul Brown, Harald Clemen, Andreas Gergen, Lutz GÁ¶rner, Hannes Hametner, Christoph Klimke, Benjamin Knight, James Lyons, Lars Wernecke y otros más.


Fuente y enlace: TribÁ¼ne


Sobre el Autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.