EL CRISOL – Pascual Mogica Costa
Es verdad, corren malos tiempos, pero no para todos. Cuando hay mucha gente en situación angustiosa. Cuando hay muchos ciudadanos que no tienen ni trabajo ni subsidio por desempleo, y no me estoy refiriendo solamente a España, ves y oyes los telediarios y la radio, lees los periódicos, y compruebas que el mundo de la banca, bancos y cajas de ahorro, están contando sus beneficios por miles de millones unos y por cientos de millones de euros otros, es bueno que alguien gane dinero, pero lo que resulta francamente sangrante es que oigas a los altos ejecutivos del mundo de las finanzas quejarse de que ganan poco mientras hay mucha gente que está en el umbral de la pobreza y que está perdiendo su techo, su casa, por falta de dinero para hacer frente a los pagos de las hipotecas. Pero lo más hiriente de todo esto es que encima los gobiernos, todos, aún le están insuflando dinero, dinero público, dinero de todos, a los bancos. Y para los demás ¿qué? Nada.
Las perspectivas para los demás no son muy halagÁ¼eñas, ¿Qué les espera a los ciudadanos? Les espera el abaratamiento de los salarios que pretenden que se aplique los empresarios; prolongar la edad de jubilación, lo que propiciará que no cobren jamás una pensión de jubilación al no poder, por su avanzada edad, retirarse en activo, es una forma de acabar con la “carga” que suponen los jubilados y pensionistas; reducción de los días de indemnización por despido; y al tiempo me remito, el posible, casi seguro, copago por parte de los jubilados de los medicamentos y virgencita… que me quede como estoy.
Ha sido una buena jugada esa de que todos los trabajadores estén hipotecados por que indudablemente esta es una forma de que no exijan demasiado a la hora de poder conseguir un contrato de trabajo. Sí señor, ha sido una jugada maestra. Esto ha sido como pedirle dinero prestado a un mafioso chantajista que luego te obliga a pasar por el aro. Mientras tanto se les irán los ojos detrás de los desorbitados beneficios de la banca, de las petroleras, de las grandes multinacionales y debajo de esas imágenes un subtítulo que dirá lo siguiente: “Lo verás pero no lo catarás”. O “no se hizo la miel para la boca del asno”