La utilización en exclusiva del euskera en política por grupos de ideología independentista durante la dictadura franquista, propició la identificación de dicha lengua (en teoría patrimonio de todos los navarros) con el independentismo vasco y marcó irremediablemente su devenir próximo con la creación de una dicotomía artificial (euskara = independentismo vasco y castellano= navarrismo español), lo que favoreció la aparición de partidos navarristas de ámbito local y estatal (UPN y PSN) que harían bandera de su navarrismo y españolidad hasta llegar a alcanzar sucesivamente el Gobierno foral.
Como oasis en medio del monocultivo idiomático , asistimos en 1965 a la aparición de las primeras ikastolas en Navarra (Paz de Ziganda y San Fermin): Si bien en los primeros tiempos del franquismo, la postura del régimen hacia el euskera fue claramente represora y coercitiva, con el paso del tiempo se fue relajando y en 1965 asistimos al nacimiento de las primeras Ikastolas de Navarra (teniendo a Jesús Atxa y Jorge Kortes como principales impulsores y a Amadeo Marco como colaborador necesario) .
Su objetivo era conseguir la normalización del uso del euskara en Navarra y que a base de imaginación e iniciativas como el Nafarroa Oinez han tejido una red 15 ikastolas por toda la geografía navarra, cubriendo la demanda educativa en zonas No vascófonas y posteriormente, la demanda de los padres euskaltzales consiguió la implantación del Modelo D en los centros Públicos, unificando cultura y euskera y permitiendo el posterior fenómeno de la matriculación masiva en el Modelo D (cerca del 30% del nuevo alumnado).
Con la implantación de la Ley del Vascuence en 1986 asistimos a la creación de cotos geográficos virtuales e impermeables a toda influencia externa que a día de hoy aún permanecen vigentes y sin síntomas de resquebrajamiento en sus paredes (véase el fallido intento de ampliación de la Zona Mixta al Sur de la Cuenca de Pamplona).
Por otra parte, la errónea aplicación de la discriminación positiva hacia el euskara durante el Tripartito del presidente Otano, (al puntuar de modo irracional el conocimiento de dicha lengua a la hora de optar a los puestos de trabajo, básicamente de la Administración foral), provocó la consiguiente sensación de agravio comparativo y malestar entre los no euskaldunes .
Dicho malestar, fue aprovechado por los partidos de centro-derecha navarrista para aplicar la supresión de la discriminación positiva hacia el euskera, dejando constreñida la aplicación de la todavía vigente Ley del Vascuence, equiparando la valoración del euskera con otras lenguas de la Comunidad Europea y apareciendo como paladines de la igualdad de oportunidades para todos.
La ya mencionada supresión de la discriminación positiva hacia el euskera y la miopía política de los sucesivos Gobiernos forales al hacer uso del «pase foral» en las sentencias judiciales a favor del uso, promoción y valoración del euskera aunado con la dificultad intrínseca del aprendizaje del euskera serían los factores fundamentales de la imposibilidad a día de hoy de la normalización del uso del euskara en la vida cotidiana de Navarra , reflejado en un exiguo incremento del 1,5 % de vascoparlantes en los últimos 15 años.
Por otra parte, la aparición del modelo educativo que utiliza el Inglés como lengua vehicular, (debido a la demanda de los padres al vivir en una aldea global monopolizada por el inglés )y la Agudización del fenómeno de la Inmigración, han provocado un espectacular aumento de gastos educativos debido a las nuevas necesidades de recursos humanos y materialesque hasta el momento han sido sufragados sin excesivos agobios debido al superávit de la Hacienda Foral.
Sin embargo, la severa crisis económica que se perfila en los próximos años y la consiguiente disminución de ingresos en las arcas forales provocará en un futuro mediato la imposibilidad de mantener los tres modelos educativos (G, British y D) con fondos públicos, lo que aunado con la supresión de la discriminación positiva hacia la titulación de Euskara conseguirá el estancamiento y futuro declive del número de vascoparlantes en la Comunidad Foral, de lo que sería paradigma la llamada de S.O.S. de la Ikastola de Lodosa ante su asfixia económica.
De todo ello se deduce que el euskara se encamina lenta pero inexorablemente hacia un progresivo estancamiento debido a la asfixia económica, (Euskarabidea acaba de suprimir de un plumazo las ayudas a la utilización del euskera en los medios de comunicación),
la apatía ideológica y la inanición laboral, dibujará un escenario a 30 años en el que quedará reducido a los tradicionales islotes geográficos del Noroeste de Navarra así como pequeños rodales ideológico-sentimentales esparcidos por diferentes pueblos y ciudades del territorio foral.
En nuestras manos queda pues la tarea ingente de evitar su previsible declive y posterior fosilización, adoptando medidas para la conservación y expansión de los dialectos del vascuence en Navarra ; promoviendo una discriminación positiva pero racional en el Concurso de Méritos en las Oposiciones ; obligando al Gobierno Foral a cumplir las sentencias judiciales sobre el euskera y a culminar el desarrollo legislativo pendiente de la todavía vigente Ley del Vascuence y haciendo en definitiva que el euskera sea un bien cultural y nexo de unión de todos los navarros.
GERMÁN GORRAIZ LOPEZ