Elizabeth H. Blackburn, Carol W. Greider y Jack W. Szostak han recibido hoy el premio Nobel de Medicina y Fisiología por descubrir el papel de los telómeros y de la enzima telomerasa en la protección de los cromosomas. La ceremonia oficial de entrega de premios tendrá lugar el 10 de diciembre en Estocolmo.
El Instituto Karolinska de Estocolmo ha sido un año más el encargado de anunciar los ganadores del premio Nobel de Medicina y Fisiología, dotado con diez millones de coronas (980.000 euros), que este año ha sido otorgado a Elizabeth H. Blackburn, Carol W. Greider y Jack W. Szostak, por sus descubrimientos sobre los telómeros y la enzima telomerasa.
Desde que Hermann Joseph Muller los descubriera durante la década de los años ’30, se ha avanzado mucho en su conocimiento gracias a las técnicas de genética molecular.
Los telómeros, involucrados en enfermedades tan importantes como el cáncer, se encargan de proteger el extremo de los cromosomas humanos del proceso de envejecimiento.
Los nuevos premios Nobel resolvieron una de los cuestiones más relevantes de la biología: cómo los cromosomas pueden ser copiados de una forma completa (sin errores).
La solución se encontraba en los telómeros, regiones de ADN no codificante, altamente repetitivas, cuya función principal es la estabilidad estructural de los cromosomas en las células eucariotas y la división celular; y en la enzima que los forma, la telomerasa.
Elizabeth H. Blackburn descubrió con Jack W. Szostak que una única secuencia de ADN en los telómeros protege a los cromosomas de la degradación. La investigadora identificó además con la científica galardonada, Carol W. Greider, la enzima telomerasa.
A medida que las células se dividen y envejecen, los telómeros se van acortando. En cambio, si la actividad de la telomerasa es alta, la longitud del telómero se mantiene y el envejecimiento celular se retrasa. Á‰ste es el caso de las células cancerosas, que producen telomerasa para seguir sobreviviendo y no morir nunca.
El premio Nobel de Medicina de este año, que será entregado junto al resto de premios el próximo 10 de diciembre en Estocolmo, reconoce el descubrimiento de un mecanismo fundamental de la célula, un hallazgo que proporciona un mayor conocimiento de las enfermedades y estimula el desarrollo de nuevas estrategias terapéuticas.
FUENTE: SINC.