“Ocurrieron tantas cosas absurdas, situaciones grotescas, que creo que el único modo sobrevivir a ello es el humor”
Uwe Tellkamp
La cita que encabeza esta crónica la he tomado de la novela La torre de Uwe Tellkamp (Anagrama 2011), sólida obra, magistral, que incluso hay quienes la equiparán a La montaña mágica de Thomas Mann.
También se pueden sumar a ambas autores, sin llegar a este extremo de comparaciones, algunos títulos de Christa Wolf ya fallecida. Tan emblemática narración como es La torre que trata sobre ese triste, doloroso espectáculo degenerativo y esperpéntico, que significó ese espantapájaros de la dictadura del proletariado durante cuarenta años en la ya desaparecida RDA (República Democrática Alemana), “Socialismo real”, efectivamente en cierta medida el modo de sobrevivirlo es el humor. Qué se puede hacer después de tras la retirada de la escena real de la existencia ese enorme y doloroso drama tras su derrumbamiento sin no tratarlo con ironía.
Ahora, en este año, no menos esperpéntico que vivimos y padecemos en España con este liberalismo brutal y nostálgico con tufo fascista. Nos llega En tiempos de luz menguante de Eugen Rugue (Sosva, Urales 1954). Rigor y riqueza de contenido esta novela que protagoniza una saga familiar que se inicia en la década de los cincuenta hasta el comienzo del nuevo milenio pasando antes por la celebrada caída del Muro de Berlín. Los diversos protagonistas componen tres generaciones de una misma familia, que se inicia con los abuelos, comunistas acérrimos regresando del exilio mexicano para instalarse con toda su dosis doctrinaria a flor d piel en la joven y esperanzadora República Democrática Alemana para participar en la construcción de la nueva nación. El hijo joven, huido de Moscú y más tarde transportado a un campo de trabajo siberiano, que, una vez liberado, opta junto con su mujer rusa hacer el camino contrario por el extremo opuesto, aunque sigue creyendo en ese ideario de la creación del hombre nuevo. Pero ya el nieto, tercera generación, se siente cada día más desencantado y se desvive en un total desacuerdo, su generación ha iniciado los Tiempo de luz menguante volviendo la espalda a un fracaso.
Comprender y entender la historia de la Alemania del siglo XX es para haberla vivido, especialmente los años de dictadura Hitler y a continuación la estalinista, que juntas suman más de medio siglos de crímenes, sangre, sudor y desgarro. En segundo lugar, ya en menor grado conocer su mundo social, el significado de la filosofía del trabajo y su cultura. Visto este panorama social y cultural, objetivamente se puede llegar a comprender y entender, pero desde mi punto de vista no resulta nada fácil. El ejemplo se puede encontrar diariamente en los muchos juicios y comentarios de los medios de comunicación españoles por los denominados politólogos y no menos por los ladridos de muchos tertulianos ibéricos capaces de dar opiniones y hacer juicios sobre todo lo habido y por haber.
En Alemania todo libro que se edita sobre lo antigua DDR despierta el interés por conocer su contenido, expectación y coloquios, algo que visto desde fuera puede resultar raro o extraño, pero el sufrimiento y desgarro vivido por tres generaciones no es fácil imaginarlo en su totalidad desde fuera. De aquí que esa gran novela que es La torre tal vez no sea entendida en todos sus valores por el lector español aunque la edición que señalo sea correcta y clara, solamente pueden valorarla en su justa medida, quienes han sido víctima de las consecuencias y delirios que en ella se exponen, los dolorosos costes, magistralmente expuestos por un rico leguaje épico, sin desbordamiento o rencor sobre el espacio histórico y conmovedor, donde muchas secuencias se convierten en cóncavos espejos humorísticos y paradójicos en el transcurso de la narración
Sin embargo, En tiempos de luz menguante, su lectura puede resultar menos densa y por tanto más cotidiana, precisamente por el transcurrir de estas tres generaciones de una misma familia en la que la mezcla de la narración resulta más amena, menos tupida, aunque ambas novelas abordan con conocimientos de causas el ambiente, las circunstancias político-sociales en las que se desenvuelven y como dentro del mismo sistema represivo, jamás, la población aceptó el dominio ideológico impuesto por la Unión Soviética, opresora ave de rapiña culpable en gran parte de la descomposición de una sociedad inspirada en las ideas de Marx y Engel.
Eugen Ruge aporta con su novela un capítulo esclarecedor de lo que significó la realidad de una dictadura que detuvo el tiempo y desarrollo de la mitad de una nación, cuyo alto coste económico y humano tardará en pagar su alto coste en la historia de Alemania.