Cuando Saray Pavón me dijo en la librería de Nuño: “Aquí tienes mis Esferas. Espero que disfrutes paseando por ellas y que te inspiren…”. Uno, que ya perdió demasiados trenes a lo largo de su azarosa vida, no quiso que por nada del mundo este último vagón –quizá ya del último convoy- volviera a pasar de largo. Así que, sin pensarlo y desde allí mismo, me lancé a un habitáculo tricolor en el que la poesía amatoria lo inundaba todo. Y en ese amor de tintura colorista, hecho sensualidad, nuestra poeta emergiendo como ninfa en un erizamiento de piel permanente: por cada sílaba taladrada en los labios, a cada palabra en lenguarada de seda y oscilante, de cada epodo en la apetencia del centro de la superficie en arco…
Pues, con Esferas (Edit. Círculo rojo), un poemario erótico, Saray Pavón, nacida en Sevilla en 1984, y curtida en mil aconteceres culturales, ganó el II Premio de Noches del Baratillo, en 2010. Dominadora de la creación de audiovisuales, pintura, ilustración, escultura y escritura, ha publicado en diversas revistas de carácter cultural y antologías. Es presidenta de “Di-fusión-a2” y Coordinadora de un programa cultural en NeoFM. Ha sido finalista en el Primer Concurso Iberoamericano de Videoblogs, en 2009. Primer Premio Internacional de Videopoesía (Cosmopoética 2010) Finalista en el Tercer Certamen de Ishbiliya, 2010. Su obra fue seleccionada en Iuventus FEST, en 2012. Y de ella podemos destacar: Poemas para un minuto I (Edit. Hipálage), Cuentos cuánticos (Universidad de Sevilla), Poemas para un minuto II (Edit. Hipálage), A contra reloj II (Edit. Hipálage), Grisicitudes (Cangrejo Pistolero Ediciones), Literatura de penumbra (Edit. Di-fusión-a2), El mundo de Engelke (Edit. Di-fusión-a2)
En Esferas, el lector se encontrará no solamente con poemas, sino con más de treinta ilustraciones-fotos y códigos QR. Estructurado en tres partes, Circunsexo, Libidotenia y Desnudez, el conjunto de poética y escenas que nos propone Saray Pavón viene a destilar la esencia misma de quien lo alumbra; y por ello, un juego de luces y sombras en el que la creadora se implica para que se comprometa también quien observa y examina. Que de ese maridaje, la iluminación de lo combado: Lleno la bañera, / me sumerjo en el agua / y cierro los ojos. / Entonces, / sin una gota de decencia, / me esparzo por cada parte / de ti. Sobre la angustia extrema, la soledad: Y como los mares sigo, / combatiendo mis olas / sin ti, navegándome / hasta que callada / me llegue la muerte. Y la libertad en su entereza: Dejo rasurado el monte de Venus, / no quiero que nada ni nadie / se interponga entre él y mis dedos.
En Esferas, Saray Pavón se acerca descalzada al ánimo que todo lo envuelve y se abre: Estoy abierta / a volar en espiral, / a empujar con la lengua / las palabras, a desnudar / mis versos en tus manos / donde mi aliento descansa / de su lucha. / Trato de hacerme aire. / Quiero ser mujer y pájaro, / llegar rápido / a donde el cielo se teme, / escapar de las sombras / de la habitación, / morirme en ti / mil veces. Y se desliza la poeta sevillana sobre la porción continua de la curva, despojada de todo adorno: Las piernas abiertas / de par en par / saben que los cuerpos / se aman con rapidez, / que no se necesita / más que una mezcla / de ganas y atracción. / Los cuerpos se fusionan, / respiran el uno del otro y luego / quedan jadeantes. / Pero la cabeza siempre está ahí. / La cabeza siempre tiene la / última palabra.
Como escribe Vicente Aleixandre: Porque amo sobre todo la redondez, en los párrafos. De esta misma manera persevera, toma e idolatra Saray Pavón; seduciendo, llana y limpiamente, con sus Esferas: Mis pechos / son esferas / con ojos. / No ven. / No quieren hacerlo. / Pero a veces se asoman, / con timidez, / y escrutan / cada parte / de tu mano.