Hablar de asunto masónico es siempre un placer, más que nada porque no abundan, en este país de mis entretelas, quienes puedan hacerlo con cierta dignidad y sabiendo de qué hablan. Por suerte o por desgracia –que nunca se sabe– el que suscribe lleva muchos años investigando y aprendiendo acerca de la Masonería. Desde la Universidad, esto se hace mejor que desde ningún otro lado, y es labor ineludible del historiador acudir a la bibliografía universitaria si se desea estar al día en la verdad y objetividad de las distintas cuestiones que afectan a la Orden del compás y la escuadra.
El pasado trece de octubre se clausuró oficialmente el XIII Symposium Internacional de Historia de la Masonería Española, encuentro que ha tenido lugar en Gibraltar con enorme éxito, tanto por el número de participantes como por el interés que ha concitado el evento en medios de prensa, instituciones de la más diversa índole y público en general.
Este simposio, que estaba organizado –magníficamente por cierto– por el Centro de Estudios Históricos de la Masonería Española (Universidad de Zaragoza), ha contado igualmente con el patrocinio del Gobierno de Gibraltar y de otras varias instituciones oficiales, tanto del ámbito político y social como del universitario y cultural. Entre dichos apoyos destacaremos, por ejemplo, los de la Gibraltar Philosophical Society, el Ministerio de Cultura de Gibraltar, la Universidad de Cádiz, Gibraltar Archives, el King’s College de Londres, el Gibraltar Heritage Trust, y el diario Chronicle.
Las sesiones se celebraron en el salón Augustus del Hotel Caleta, emblemático establecimiento hostelero ubicado en la misma línea de costa. Los participantes en el simposio pudimos gozar de un paisaje magnífico lleno de contrastes entre los azules y los verdes del mar.
El XIII Symposium se ha dedicado al estudio de la influencia de la Francmasonería en el constitucionalismo y la libertad de prensa en España y América entre 1812 y 2012. Han participado en él las máximas autoridades científicas en el estudio de la Masonería de todo el mundo. Todas las intervenciones, sin excepción, han sido brillantes y han aportado datos de interés en relación a los diversos asuntos tratados en las distintas parcelas. Los ponentes sintetizaron sus aportaciones ante un auditorio exigente y tremendamente formado.
La primera ponencia con la que se inauguró el encuentro fue la expuesta por el doctor Juan Manuel Matés Barco, profesor de la Universidad de Jaén, que disertó con brillantez y competencia acerca de «Los parlamentarios americanos en las Cortes de Cádiz: masones e ilustrados». El gibraltareño Keith Sheriff expuso un estudio sobre «La conexión genovesa. Cómo la logia Friendship se estableció como la primera logia católica de habla española en Gibraltar». Por su parte, el profesor italiano Aldo Alessandro Mola, de la Universidad de Milán, nos habló sobre «El mito del la Constitución de Cádiz en la unificación de Italia 1820-1861».
La lección inaugural, que llevaba por título «1810. La necesaria libertad de imprenta», la pronunció, en la mañana del día 11, el profesor Alberto Ramos Santana, de la Universidad de Cádiz. El primer día del simposio estuvo dedicado a la Masonería en Gibraltar, Cádiz y Andalucía, y a la presencia de masones en la vida literaria y periodística de la zona. La segunda jornada se centró en el asunto de Latinoamérica, en biografías de masones destacados y en la influencia de la Francmasonería en campos tan singulares como el derecho y la educación. El sábado día 13, los trabajos estuvieron relacionados con la represión antimasónica desatada por el régimen del general Franco tras la guerra civil, así como al exilio al que se vieron abocados un buen número de masones españoles.
Entre los historiadores, investigadores y especialistas que asistieron físicamente al XIII Symposium, sin contar los españoles, algunos provenían de Inglaterra, Brasil, Costa Rica, México, Italia, Venezuela, Estados Unidos, Cuba, Francia, Portugal y, cómo no, Gibraltar. Estuvieron representadas, entre otras muchas, las Universidades de La Rioja, Oviedo, Cádiz, Zaragoza, Barcelona, Baleares, Jaén, Granada, Sevilla, Complutense y Carlos III de Madrid, la Autónoma de México, y las de Milán, Estrasburgo, Caracas, Nueva York, Glasgow, BesanÁ§on, La Habana, Los Ángeles, Lisboa, o Gibraltar.
La mayor parte de los historiadores de la Masonería con más prestigio en todo el mundo, han aportado en el simposio sus conocimientos y estudios en estas formidables jornadas: es el caso de José Antonio Ferrer Benimeli, Catedrático de la Universidad de Zaragoza y fundador del CEHME; Andrew Prescott, de la Universidad de Glasgow; el citado Aldo Alessandro Mola, de Milán; el profesor Miguel Guzmán-Stein, de la Universidad de Costa Rica; y el profesor Antonio Ventura, de la Universidad de Lisboa, quien presentó una comunicación académica titulada «La influencia de la masonería en el primer liberalismo portugués (1820-1823)».
Por mi parte, tuve el placer de disertar en torno a una investigación titulada «Los Brufal. Sus lazos masónicos y literarios». Dicho trabajo versa acerca de la vida y obra de Rafael Brufal de Melgarejo, VIII Marqués de Lendínez, y de Rafael Brufal López, IX Marqués. Ambos, padre e hijo, tienen en sus biografías respectivas episodios de interés para los investigadores del asunto masónico, y por ello han sido utilizadas –con mejor o peor fortuna– por especialistas en Masonería para resaltar el papel de las logias ilicitanas durante la segunda mitad del siglo XIX y primeras décadas del siglo pasado. O para estudiar el ambiente literario y cultural del Gibraltar de los primeros años del siglo XX. La escasa información que había hasta el momento acerca de ambos, causó no pocos errores en las citas que los historiadores hacían de ellos. Por eso, aclarar los puntos oscuros en las biografías de dichos personajes, y compactar además sus hechos de vida y su rastro en la historia documentada, han sido los objetivos esenciales del trabajo que aporté personalmente al simposio de Gibraltar.
Un ambiente sosegado de reflexión y participación, estudio y debate, ha presidido en todo momento las distintas sesiones del XIII Symposium Internacional de Historia de la Masonería, que se ha cerrado, a nuestro humilde parecer, con un balance enormemente positivo, tanto por la cantidad de trabajos presentados como, y sobre todo, por la calidad intrínseca de los mismos. Sin duda, las ponencias seleccionadas por el comité científico –que serán publicadas dentro de unos meses en los libros de Actas– supondrán un significativo paso adelante en la senda difícil y compleja de la investigación masónica a partir del método histórico y desde los alcores de la metodología y la imparcialidad académicas. Estamos hablando, naturalmente, de estudios de primera línea, serios, objetivos y competentes, y de bibliografía científica de referencia, que debería actuar siempre a modo de guía, faro y luz en cualquier actividad cultural dentro y fuera del ámbito de las logias.
Al margen de las sesiones estrictamente académicas, los congresistas hemos tenido ocasión de visitar el Peñón y sus principales monumentos y lugares, recorriendo la sala de conciertos rupestre, el faro, el mirador de la zona alta y la ubicación de las antiguas baterías militares defensivas. También asistimos a una tenida blanca en la sede de la logia de San Juan nº 115, que nos acogió cortés y fraternalmente, y a una recepción oficial en la Garrison Library, durante la cual se escenificó una colorista escena de cambio de guardia con uniformes de época. Todo muy grato y amable.
Nuestra felicitación más sincera al Centro de Estudios Históricos de la Masonería Española, CEHME, por el trabajo bien hecho. Recomendamos vivamente, a los interesados en estos temas, que no duden en recurrir a la bibliografía del Centro de Estudios Históricos, una de las más completas del mundo en investigación puntera de temas relacionados con las logias. No en vano, desde 1983 se vienen publicando libros de Actas con los trabajos seleccionados en los distintos simposios. Un tesoro de objetividad y método científico al alcance de todos.