Parece ser que el concepto economicista del desarrollo está en crisis. Ese concepto que privilegia el “tener†sobre el “serâ€
Han habido algunas personas, a quienes respeto profundamente, que se confunden cuando hago esa afirmación. Piensan que yo soy enemigo del “tener†y se equivocan porque no es asÃ. Hay que “tener†para vivir, tener lo necesario y por qué no, hacer riqueza. Lo que critico es la actitud que se tenga ante la riqueza. Si ésta sirve para compartir, para no ignorar la necesidad del pobre, del que sufre, bienvenida sea. Ya hay un nuevo pecado: la excesiva riqueza en unos pocos. Que conste, también, que el compartir es solidaridad y caridad, no estÃmulo de la vagancia.
Esa acumulación de riquezas, en unos pocos, tanto en paÃses ricos como en pobres, no producen la felicidad humana, ni siquiera en aquellos que las tienen, que, cada dÃa que pasa, tienen que vivir amurallados y con ejércitos de guardaespaldas por temor a ser secuestrados o vÃctimas de otros delitos.
Pablo VI hablaba de “disparidades hirientesâ€, tanto en el superdesarrollo como en el subdesarrollo, este último plagado de “miserias intolerablesâ€, causa de la crisis conflictiva en lo social que amenaza con hacer imposible la gobernabilidad en numerosos paÃses, donde los ricos – vemos lo que está pasando en España – no van a constituir la excepción. La violencia latinoamericana está a la vista.
Los poderosos dominan la propiedad intelectual y los paÃses pobres la “pirateanâ€. Y es que la pobreza y la miseria no son ajenas al irrespeto de la propiedad intelectual.
La llamada piraterÃa o plagio de obras, de marcas, de productos quÃmicos, alimenticios, producciones discográficas, libros, videos, medicinas… son propiciadas por ambientes de pobreza extrema que son aprovechados por los que hacen del ilÃcito su profesión. Y vemos a legiones de hombres y mujeres, que para duras penas subsistir, llenan las calles, avenidas, frentes de centros comerciales, entre otros sitios, vendiendo esos plagios.
Ponen precios bajos, ponen a “trabajar†a millones de buhoneros, transgrediendo el derecho a la propiedad intelectual, pero ¿por qué?. Porque, como afirma Benedicto XVI, “hay formas excesivas de protección de los conocimientos por parte de los paÃses ricos†que contribuyen poderosamente a hacer más profundas las “disparidades hirientes†en nuestros pueblos pobres, desamparados y siempre engañados.