Los ensimismados. Paul Viejo. Páginas de Espuma.
«Después ha vuelto a sentarse en la cama, a subir los pies con las botas manchadas de barro, a encender un cigarro y comprobar que en el revólver siguen, dormidas, todas las balas«.
Robert & Geena. Páginas 32 y 33.
«[…] y el empleado del banco dirá, primero, que él no puede abrir la caja, segundo, que solo el director puede, tercero, que está bien, está bien, cuando el guardia de seguridad cae chorreando valor por el cuello tras el disparo de la valiente Geena, inconsciente Geena«.
Robert & Geena. Página 34.
«Como la fotografía de años atrás que tiene en su escritorio. Ya nada es como entonces, ni las caras, ni los gestos, ni los colores. […] Tan solo los defectos están intactos«.
Septiembre. Página 44.
«La luz que entra por la ventana lo ha despertado, y abre los ojos Ron Shepphard para recorrer, todavía en la misma posición, de un vistazo todo el cuarto: la misma mierda haciendo más acogedora las paredes, en el suelo los mismos tablones que acabarán pudriéndose algún día y sin avisar, el mismo aire irrespirable, cargado, rancio, sin futuro«.
Ocho piernas. Páginas 71 y 72.
«(…) y, como ocurre en mis cuentos (los que no le cuento a ella), lo que yo creo real comienza a mezclarse con lo que yo creo ficticio, con lo que nunca ha sucedido, o al revés, que jamás hay manera de diferenciarlo porque ambas cosas son igual de verosímiles o de increíbles o de insignificantes«.
Cada noche. Página 91.
Nos encontramos con un conjunto de relatos donde destaca el número de voces: el personaje habla para el lector; o el personaje, que es un autor a su vez, habla con el autor del libro y le advierte de peligros que debe evitar como escritor; o el personaje sabe que su futuro depende del deseo o decisiones del autor… Aunque también puede llegar a parecer que éste no tiene posibilidad de cambiar un rumbo de los hechos que estuviese inamoviblemente marcado (en las estrellas o donde sea) y que por lo tanto solo fuese un mero relator de hechos que suceden, aunque sean ficticios. Incluso nos encontramos con segundas personas en la narración que no sabemos si van dirigidas al lector, al autor o a un tercero sin identificar.
Por todo esto, y aunque se trate de una obra de teatro, quizá quepa traer a este comentario Seis personajes en busca de autor de Luigi Pirandello, donde una serie de personajes le solicitan al escritor que les escriba unas vidas, y aunque este tiene tentaciones de no hacerlo, se ve obligado puesto que, de alguna manera, ya están viviendo una vida en su cerebro. El recurso puede no ser nuevo, sin embargo la originalidad radicaría en que estamos ante un conjunto de historias donde las voces son de personajes, personajes que son escritores, y demás son conscientes de ser escritos, de la inevitabilidad de sus historias o la de su obligación de advertir al autor.
Llama también la atención la internacionalización de los escenarios, con historias que parecen enmarcarse por los nombres y los escenarios en EEUU (incluso por algunas escenas de robos a ultramarinos y bancos que parecen salidas de algunos celuloides que todos reconocemos), y después en Italia, que parece haber dejado un importante peso en Viejo.
Los cuentos tienen un tanto de teoría literaria «en voz alta» y bastante de reflexivo sobre las relaciones humanas: de pareja o sentimentales/eróticas; paterno-filiales; fraternas con un secreto pasado; o entre autores que se intercambian o mejor dicho se arrojan a la cara las teorías sobre las narraciones bien hechas.
El uso de la palabra, como no se podía esperar menos de quien ha recibido varios premios, al menos dos de carácter nacional, es exacto, preciso, todo lo sinestésico o metafórico que pueda exigir el cuento. Con ese uso privilegiado de la lengua castellana hace Paul Viejo piruetas y mortales que dada la complejidad de planteamiento de los cuentos, resulta imprescindible para alcanzar la claridad que requiere el lector medio que desea no perderse en la maraña de finos hilos de tinta negra puestos a secar bajo los ojos atentos de sus seguidores.
Un interesantísimo libro con originales relatos escritos con dominio total de nuestra bella lengua. Un obra que defiende el valor de la consciencia y las múltiples voces que contiene el escritor en sí.