Mientras los colegiales revestidos de inocencia cantan para celebrar el Día Mundial de la Paz, se discute en la ONU –promotora de ese evento- lo que podríamos llamar “la cuestión Siria”. A poco que el lector avisado piense se dará cuenta de que tal “cuestión” no es ocasional ni hija de la casualidad, pues desde que comenzó la guerra contra Irak, hemos visto la guerra afgana, los atentados en Pakistán y la guerra Libia . Y en todo este tiempo no hemos cesado de escuchar voces en contra de Irán que cada vez suenan más como tambores de guerra.
Entre tanto «se va a por Siria» y no por casualidad, sino porque es un elemento molesto al trío formado por Arabia Saudí, Israel y los EEUU, cuyas pretensiones de dominio en esa zona tienen un doble objetivo: adueñarse del petróleo y del estrecho de Ormuz – controlado por Irán- por donde circula la mayor parte del tráfico petrolífero. Pero ahora mismo lo que se vota en la ONU es “qué hacer en Siria”, y si se exige dimitir a su presidente e instaurar allí un gobierno títere más, haciendo creer a la población, como en Libia, que es un gobierno legítimo. Pero si el gobierno sirio no acepta, veremos crecer la espiral atentados-represión hasta llegar a la guerra civil, cuyo resultado sabemos cual será por desgracia para los que han de morir y para los que les sobrevivan.
Hace tiempo que venimos observando la meticulosa preparación de una nueva guerra contra Siria siguiendo paso a paso, casi milimétricamente, lo que se hizo en Libia. Se comienza por provocar desordenes llevados a cabo por agentes especializados en desestabilizar regiones que cuentan con la ayuda de elementos descontentos del país elegido ( que siempre tiene petróleo). El gobierno del país reprime cuanto puede los actos terroristas, pero estos no cesan, obligando al gobierno a endurecer más la represión hacia estos grupos,- que son mostrados como rebeldes liberadores-produciéndose en ocasiones muertes de personas que nada tenían que ver. Esto va produciendo un efecto psicológico en la población civil, que se siente amenazada e insegura y muchos comienzan a culpar al gobierno local de incapaz o se muestran contrarios a sus violentas formas de rechazar la violencia terrorista. Ello se airea ampliamente por los medios de comunicación de los países saqueadores con la intención de crear en las propias poblaciones un estado de opinión favorable a la decisión militar final: provocar una guerra civil, obligar al gobierno sirio a claudicar y a continuación organizar otro gobierno títere que aparente ser demócrata de cara a la galería pero que realmente se ocupe de asegurar las posiciones ventajosas de la multinacionales petrolíferas.
En la prensa de hoy (Libre Red.net, 4-2-2012) he tomado estas esta cita que nada bueno augura:
DESPLIEGUE DE SOLDADOS DE EEUU EN ISRAEL
En enero, cerca de 9.000 soldados estadounidenses desembarcaron en Israel para formar parte de un contingente que se prepararía para un posible ataque a Irán.
El Gobierno de Barack Obama ha dicho varias veces en público que la opción militar contra Irán no está descartada.
EEUU y sus aliados tratan de vender que Irán es “una amenaza para el mundo” argumentando que su programa energético de carácter nuclear tiene “fines militares”. Sin embargo, el presidente Mahmud Ahmadineyad ha negado esas acusaciones en reiteradas ocasiones y ha invitado a Washington a mostrar pruebas firmes que confirmen dicha hipótesis.
Teherán denuncia que la verdadera razón por la que EEUU tiene a Irán como objetivo militar son sus recursos naturales. Las reservas de petróleo iraníes son las terceras más grandes del mundo con aproximadamente 136.000 millones de barriles. Irán es el cuarto mayor productor de petróleo y es el segundo productor de la OPEP después de Arabia Saudita.
(Hasta aquí la cita)
No es difícil sacar la conclusión de que nos hallamos frente a un cáncer mundial con células vestidas de uniforme que cuentan con la complicidad de gobiernos como el español, que en estas circunstancias siempre apoya al “amigo americano” en caso de guerra. Y da lo mismo que la ONU diga que la guerra es ilegal (caso de Irak) como lo contrario. Existe un vergonzoso servilismo ,gobierne quien gobierne en España, en dos direcciones que suponen dos sangrías enormes para un país arruinado como el nuestro: la sangría de la Iglesia que se va a llevar este años diez mil millones y la sangría bélica, pues ES ENORME el costo de las operaciones militares para al fin y al cabo ir matando gente en países que no nos han hec ho daño alguno con el único «premio» de cargar de miserias y culpas el alma de los implicados que matan o mandan matar. Entre tanto los españoles no podemos hacer otra cosa, con esta democracia de pacotilla que sufrimos, que aceptar que los señoritos de la política firmen el cheque para la inmoral iglesia, para una guerra ruinosa igualmente inmoral o simplemente para rescatar a un nuevo banquero sinvergÁ¼enza.
Cada vez parece más urgente revisar este tipo de forma de gobierno que permite actuar a nuestras espaldas a gentes que no nos representan y actúan en contra de nuestro bienestar y recursos. La conciencia de la mayoría todavía está anestesiada, pero a cada uno le llegará el momento de despertar y hacerse preguntas que ahora no se hace, por ejemplo, si está dispuesta a aceptar a un gobierno que promueve asesinatos colectivos que reciben el nombre de «guerras».
Entre tanto, en España » siempre reina Felipe II». Bueno, Felipe II y el Papa de turno.